TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un nuevo escándalo ha sacudido a la Policía Nacional de Honduras, pues uno de sus miembros fue captado, aparentemente, cobrándole dinero de forma ilegal a los pasajeros de un autobús.
Además del acto irregular, lo que ha generado indignación es que se presume que los ocupantes del vehículo de transporte público eran migrantes que intentaban cruzar el país para seguir su ruta hacia Guatemala, México y posteriormente ingresar a Estados Unidos.
El clip fue grabado por alguien que se encontraba dentro de la unidad y muestra el momento exacto en que el uniformado sostenía el dinero en su mano y se dirigía a las personas para pedirles el efectivo, aunque es difícil determinar más elementos, pues carece de audio.
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En las imágenes no es posible determinar la cifra que se le entregaba, pero el agente se detiene entre los asientos para recibir el dinero, mientras los supuestos migrantes se muestran muy colaborativos para, seguramente, evitar sufrir atrasos en su viaje.
El video tampoco permite identificar el rostro del policía, pues estaba usando una mascarilla contra el covid-19, tal como lo establecen las leyes hondureñas desde la llegada de la pandemia en marzo de 2020. Únicamente se aprecia el número de su chaleco, el cual es PNH-3827.
Sin embargo, tras la publicación del video en las redes sociales y debido al impacto que causó en la población, la Secretaría de Seguridad anunció, a través de un comunicado, que se procedió a la separación inmediata del integrante de la Policía Nacional para efectos de investigación.
En el escrito, se reconoce que la acción cometida por el ciudadano “va en contra de los principios rectores de la institución policial” e indica que no se permitirán acciones de esta naturaleza, que vulneren los derechos de los demás y afectan la imagen institucional.
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Al momento de la difusión del video no se especificó el lugar en donde ocurrieron los hechos, pero la Secretaría de Seguridad informó que gracias al número de serie que se ve en el chaleco antibalas que portaba el uniformado al momento de ser filmado, se logró determinar que este corresponde a un policía asignado a la Unidad Departamental número 10, con sede en el departamento de Intibucá.
La viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, aplaudió la acción de quienes han comenzado a denunciar los actos irregulares de los policías e instó a que se continúe haciendo, pues solo así se podrá detener esta situación y aplicarles el castigo correspondiente.
MÚLTIPLES DENUNCIAS
Sin embargo, esta no sería la primera vez que la institución policial es señalada por cometer extorsiones en contra de los migrantes.
Recientemente, la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus logró infiltrarse en un bus repleto de migrantes y hacer junto a ellos el recorrido por Tegucigalpa (capital de Honduras), la zona norte y el área fronteriza de Honduras y Guatemala, con el fin de documentar la extorsión que sufren a diario los extranjeros.
El momento para documentar la denuncia ocurrió a eso de las 2:20 AM, cuando tanto el periodista como los ciudadanos extranjeros estaban cansados del recorrido, pero ansiosos por llegar a su destino.
Un retén ubicado en medio de la calle en la comunidad de La Ceibita, Santa Bárbara, fue el lugar elegido por los policías para realizarles cobros ilegales a los foráneos.
“Buenas noches, ¿todos en este bus son extranjeros, verdad?, repito, ¿todos en este bus son extranjeros? Bueno, se me van a bajar todos y me van a hacer una fila por nacionalidad, las mujeres que andan chineando se quedan adentro. Va pues, a circular para abajo”, ordenó con firmeza un oficial de la Policía Nacional.
En la unidad viajaban unos 50 migrantes extranjeros y el periodista de EL HERALDO, quien guardó silencio para evitar ser descubierto.
Las personas comenzaron a bajar con un poco de temor por la forma en la que fueron sorprendidas.
“Cubanos por aquí, venezolanos para allá, ecuatorianos se me quedan aquí parados, (un haitiano viajaba solo) vos que andás solo andate con los cubanos para allá”, mandó el uniformado ante la zozobra de los extranjeros que no entendían por qué la Policía Nacional de Honduras casi los acorralaba en ese lugar frío y solitario, y de paso los separa de acuerdo con su nacionalidad.
“Pero aquí tenemos el salvoconducto que nos entregó Migración en, ¿cómo se llama? Choluteca”, increpó un cubano.
“Callate que nadie te preguntó nada, ni sabés para qué los apartamos, hagan caso si se quieren ir rápido, por mí nos estamos toda la noche, yo de aquí no me muevo”, amenazó el mismo oficial mientras giraba órdenes a otros tres elementos para que acompañaran a cada uno de los grupos a zonas oscuras alejadas del retén policial.
“Esto es sencillo, todo extranjero que pasa por aquí paga un impuesto, ustedes por ser cubanos van a pagar 20 dólares cada uno y digan que les fue bien, los ecuatorianos pagan 100, lo mismo los colombianos, solo ustedes y los venezolanos porque están hechos mierda pagan 20”, dijo sin pudor el uniformado.
Y aunque, como lo había dicho el cubano, el Instituto Nacional de Migración (INM) entrega un salvoconducto a los migrantes para garantizarles un tránsito seguro por Honduras, este documento no tiene ninguna validez frente a los agentes, que valiéndose de su posición de autoridad, despojan de lo poco que llevan a los extranjeros.
El cobro indiscriminado terminó y una vez subiendo todos al autobús, el viaje continuó, pero el reportero pudo recabar los dolorosos testimonios de los migrantes y con ello plasmar en una serie investigativa lo que se sufre cada día en los puntos fronterizos de Honduras.
Solo en ese momento, los uniformados pararon al menos 10 buses con 50 migrantes cada uno. Y en vista de que por noche se llegan a movilizar hasta 500 migrantes y la mayoría como mínimo se ven obligadas a pagar 20 dólares, algunos hasta 100, la fuerte suma traducida a lempiras ronda el medio millón.
