LA LIMA, CORTÉS.- Alba Jackeline Chacón y su esposo caminaron ayer en medio del lodo y algunas pozas de agua chocolatosa para llegar hasta a su vivienda, la cual tuvieron que evacuar tras caer las feroces lluvias.
Mientras inspeccionaban la zona porque querían limpiar la casa y regresar a su vida en hogar, sus tres hijos aguardaban en el albergue de La Lima.
Pero lo único que encontraban en su camino era fango, gallinas muertas y plagas de zancudos.
Al igual que la pareja, decenas de familias de la colonia 17 de Enero, mejor conocida como Las Metalias, tuvieron que ir al albergue del Gimnasio Municipal de La Lima, pero algunas ya empezaron con las labores para tratar de retornar.
Otras personas se han quedado en los bordos, a la espera que el lodo seque para limpiar casi de inmediato.
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Pesadilla
Para los pobladores de esta comunidad, conformada por 140 viviendas, se trata de revivir una pesadilla, pues ni dos años tienen de haber sufrido el embate de los huracanes Eta y Iota.
“Mi casa en las tormentas Eta y Iota se la llevaron, USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) nos hizo una temporal y ahora estábamos viviendo en una de un cuñado, pero volvimos a perder lo poco que habíamos logrado comprar”, lamentó Alba Jackeline.
La mujer relató que la familia esperaba que le renovaran el contrato a su esposo en las fincas, por lo que ahora cargan con la doble preocupación de estar sin trabajo y sin techo.
Algunos pocos, por suerte, como Josué Bonilla, ya lograron limpiar sus viviendas, sacando agua del pozo, pero igual temen que la crecida del río los vuelva a inundar y dejar incomunicados como lo estuvieron por cinco días. La comunidad está abandonada, pues las corrientes arrasaron con todo lo que encontraron a su paso.
Las casas quedaron casi completamente cubiertas por las aguas de los ríos Chamelecón y Ulúa.
La colonia 17 de Enero, al igual que Limones y Montevideo, de La Lima, son afectadas por los canales Maya, Marimba y Comandante, que convergen en la aldea Flores de Oriente y se forma el canal Campín, que causó inundaciones en la zonas bajas. Las aguas del Campín caen en la comunidad de Banderas, explicaron las autoridades del Codem.
Ahora, entre el lodo, algunos habitantes intentan recuperar sus camas lavándolas, pero las lluvias que comenzaron ayer les han impedido seguir sus tareas.
En los bordos hay enormes boquetes, por lo que las autoridades mantienen en alerta roja la zona, pues las crecidas del Ulúa podrían afectar esas zonas.
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