EL PARAÍSO, HONDURAS.- Conectados como las hormigas, así llegaron los migrantes haitianos a Trojes, El Paraíso. En una semana eran cientos, a la próxima miles.
La razón de su llegada aún es un misterio, pero la hipótesis más fuerte es que de alguna forma se regó la bulla que entrar por ahí era más accesible.
En el pueblo les extendieron una mano solidaria que se agotó a medida llegaban más -en el pico más alto eran 5,000-, por lo que se lanzó un SOS para de alguna manera ayudarlos a irse.
Los haitianos estaban varados por la bendita multa que les cobra Migración -casi 5,000 lempiras por cada uno- pues no todos traían suficiente dinero.
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Al final 2,000 de ellos aproximadamente pagaron 10 millones de lempiras para poder recibir el llamado salvoconducto, el resto recibió un beneficio por parte de las autoridades para poder continuar.
Ahora el pueblo ha resguardado el ingreso, les caen bien los haitianos, no tienen quejas de ellos, pero tener de huéspedes a 5,000 personas en unos días tampoco es bendición.
Incluso, algunos menores caribeños se fueron de la ciudad con la doble nacionalidad hondureña-haitiana. Sepa Dios qué les dirán sus padres cuando les pregunten dónde es Trojes y por qué están registrados ahí.
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Llegada a Trojes
Ubicado a 178 kilómetros al oriente de Tegucigalpa, en la frontera con Nicaragua, está el peculiar municipio de Trojes.
Una carretera de tierra interminable con curvas cerradas, vegetación, siembras de café y ganadería a los extremos es el preámbulo de un pueblo agitado con un comercio explosivo.
EL HERALDO llegó al municipio luego de pasar por varios retenes -la Policía los anuncia seguidos en sus comunicados como puntos de capturas de migrantes-, aunque en ninguno fue registrado por los uniformados.
La expectativa era encontrarse con los 5,000 haitianos varados, durmiendo en hoteles, iglesias, casas particulares o en las calles.
Pero no, en el municipio había personas de todo tipo, colochos, cheles, chaparros, altos, trigueños, blancos, pero ninguna persona de la raza negra.
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Al indagar con los pobladores, explicaron que los “negritos”, como les llamaban de cariño, ya se habían ido y que no estaban permitiendo más migrantes.
EL HERALDO visitó la pequeña sede del Instituto Nacional de Migración (INM) en el pueblo, donde una señora explicó el caos que se originó con la masiva llegada de los haitianos.
Relató que la mayoría venía de Chile, más o menos un 60 por ciento eran hombres, 30 por ciento mujeres y el resto menores de edad, muy pequeños.
En las entrevistas que dieron antes de partir explicaron que llegaron a Trojes porque los haitianos que llegaron primero les dijeron que era menos peligroso que entrar por Guasaule, Choluteca, y que por eso se empezaron a acumular, pero no sabían que no había transporte directo a la frontera con Guatemala.
Se confirmó en la oficina que de los 5,000 haitianos al menos un poco más de 2,000 pagaron la multa, dejando unos 10,000 millones de lempiras, mientras que los demás con ayuda de la iglesia, alcaldía y derechos humanos recibieron un permiso para no pagar luego de pasar casi un mes en las calles.
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