Cada día, Jeyman Mejía López guía a los conductores por los diferentes bulevares de la ciudad. Pero su mérito no está solo en realizar su trabajo sino en la honradez y educación con la que ejerce su oficio.
Con solo la referencia de su apellido, buscamos entre los agentes que orientan el tráfico a Jeyman. Un agente que es reconocido por los conductores que transitan por el bulevar Centroamérica como insobornable. Para probar su lealtad al uniforme que porta, cruzamos por el semáforo de la primera entrada de la Kennedy con el conductor y el pasajero de enfrente sin cinturón de seguridad. Apenas avanzamos unos metros cuando nos detuvo.
Cuando se acercó por la ventana nos saludó e informó que habíamos cometido una infracción. “Señores, los detuve porque no portan el cinturón de seguridad”, explicó. El equipo encubierto de EL HERALDO le ofreció dinero para evitar la sanción. Su respuesta fue un rotundo no y nos dio una cátedra de leyes.
“El artículo 99 de la Ley de Tránsito dicta que el conductor y sus acompañantes deben portar el cinturón”, recalcó. “Así que entrégueme su licencia y su revisión, caballero”, dijo sin pestañear.
La sanción
Como buenos actores, rogamos por piedad, pero él con mano firme empezó a llenar el formulario de la esquela. En ese momento le comentamos que todo se trataba de una prueba para premiarlo por su honradez. Con cierta desconfianza accedió a conversar con nosotros en la acera para poder entregarle sus regalos. Una canasta familiar, libretas y varios detalles otorgados por este rotativo.
Ya un poco menos esquivo, y con una sonrisa de asombro, recibió los presentes y nos confesó que lleva 10 años trabajando como agente de tránsito y nunca se imaginó recibir un regalo por realizar su trabajo. El joven oficial de 29 años es soltero y oriundo de Marcala, La Paz. Con orgullo accedió a portar la camiseta que lo acredita como el METRO CIUDADANO EJEMPLAR del mes de mayo.