En el corazón de la Pequeña Habana de Miami, el exiliado cubano Armando García dijo que el funeral de Fidel Castro del domingo no garantiza un simple final ni alienta optimismo para un cambio inmediato, aunque sí abre un rayo de esperanza a favor de la democracia en Cuba.
García, de 76 años, un jubilado exvendedor de productos electrónicos que salió de Cuba en 1963, degustaba un café expreso mientras otros fumaban puros en el restaurante Versailles, un lugar en el que concurren numerosos exiliados que huyeron de la opresión política u otras penurias después del triunfo de la revolución comunista de Castro en 1959.
Para el domingo se habían disipado las ruidosas multitudes que se habían congregado durante días tras difundirse la noticia de la muerte de Castro.
+Con ceremonia privada entierran cenizas de Fidel Castro
'Es una luz al final del túnel', dijo García en referencia al fallecimiento del exgobernante cubano, aunque descartó un viraje hacia la democracia en la isla en el corto plazo.
García, quien salió de Cuba en 1963, dijo que era penoso ver cómo algunos líderes de Latinoamérica elogiaban a Castro 'como si fuera defensor de los pobres cuando la verdad es que oprimió a los pobres'.
Bromeó que a pesar de que se trató de un funeral, allí no había tristeza. 'Fue el mejor funeral de la historia. Míranos, nadie está llorando, nadie necesita pañuelo, es una fiesta', expresó.
José Llanes, de 70 años, dice que a nadie deben engañar las imágenes de los cubanos en Cuba llorando y con expresiones de luto. 'Cuando un pueblo es oprimido se le dice lo que debe hacer'.
El domingo por la tarde, decenas de personas se congregaron en el Memorial Cubano, en el parque Tamiami de Miami, para rendir homenaje a las víctimas del régimen de Castro y a quienes perdieron la vida en su intento por derrocarlo.
Las personas buscaron los nombres de sus parientes fallecidos en un muro de mármol negro al lado de un obelisco que tiene la forma de una bandera cubana.
Además: ¿Cuál es la enfermedad que mató a Fidel Castro?
Era importante efectuar aquí una reunión para recordar a las víctimas y que 'Fidel Castro, el dictador, no era un héroe', declaró ante los presentes Sylvia Iriondo, presidenta del grupo Madres y Mujeres contra la Represión en Cuba.
La generación más vieja de exiliados cubanos por lo general apoya una línea más dura contra el gobierno comunista de Cuba, como por el ejemplo el embargo y estrictos límites a los intercambios comerciales hasta que La Habana demuestra una voluntad hacia mayores libertades, pero esa postura se ha flexibilizado entre las generaciones más jóvenes.
Giancarlo Sopo, de 33 años y fundador de la Fundación CubaOne en Miami, que organiza viaje para que cubanoestadounidenses jóvenes vayan a la isla, dijo en entrevista telefónica que durante cinco décadas Fidel Castro dominó la manera como la gente veía a Cuba.
'Lo que yo espero ahora es que cuando la gente piense en Cuba, piense en las esperanzas y los sueños de las 11 millones de personas que viven allá'.
'Tanto la generación joven como la más vieja le tiene cariño a Cuba, pero lo expresan de manera distinta. Mi padre luchó en la Bahía de Cochinos', dijo Sopo. 'Para su generación, querer a Cuba era apoyar las sanciones. Mi generación opina distinto. Mi generación quiere ir a la isla, conocer a la gente joven, reencontrarse con sus familias y aprender de la cultura. El enfoque se ha ampliado, pero respetamos mucho su dolor'.
Aida Levitan, presidenta de Artes Miami, dijo que el funeral 'inspira un poquito de esperanza para el pueblo cubano de que este es el comienzo del fin'.
'Mucha gente no es optimista porque Raúl Castro sigue gobernando el país, pero Fidel era la figura mítica así que se siente como que hay una diferencia', comentó. 'Como dice el dicho: 'No hay mal que dure cien años''.