GAZA, TERRITORIOS PALESTINOS.- Tras la liberación de dos mujeres secuestradas el pasado 7 de octubre por el movimiento islamista palestino Hamás, una de las rehenes relató lo que vivió durante esos días.
Yocheved Lifshitz, de 85 años, fue una de las dos mujeres liberadas a última hora del lunes, quien aseguró que al momento de ser raptada fue golpeada y pasó “un infierno”. Sin embargo, su trato como rehén fue totalmente diferente. “Nos trataron bien”, recalcó.
Con una mirada totalmente perdida, cuerpo frágil y sentada en una silla de ruedas, Lifshitz se presentó ante los medios de comunicación para contar su experiencia durante esas dos semanas de cautiverio.
“Las masas asaltaron nuestras casas. Golpearon a la gente, tomaron a algunos como rehenes. No distinguían entre jóvenes y ancianos, era muy doloroso. Nos llevaron a la entrada de los túneles”, narró Lifshitz.
La anciana describió los túneles como “una telaraña”, los cuales conducían a una sala grande donde había otros 25 secuestrados por Hamás, y luego de tres horas, fue trasladada a otra habitación junto a otros cuatro rehenes.
Sharone hija de Lifshitz, mencionó que ver de nuevo a su madre “es algo increíble”, pues al momento del encuentro, su madre se regresó a darle la mano brevemente a un miembro de Hamás
“La forma en la que salió y luego volvió para dar las gracias fue bastante increíble. Es muy suyo”, añadió Sharone.
Fueron secuestradas junto a sus esposos
Yocheved Lifshitz y Nurit Kuper, fueron capturadas junto a sus esposos durante el sangriento ataque de Hamás del 7 de octubre en el kibutz de Nir Oz.
El portavoz de esa milicia, Abu Obeida, señaló que como “razones humanitarias imperiosas y satisfactorias”, fueron liberadas ambas mujeres. Sin embargo, sus esposos siguen en manos de los islamistas.
El esposo de Lifshitz, Oded Lifshitz, de 83 años, es el conocido activista por la paz que ha transportado a enfermos de cáncer en Gaza a hospitales israelíes para recibir tratamiento.
Se espera que en los próximos días se sigan liberando personas. Lifshitz instó a que todos los rehenes (más de 220), sean puestos en libertad y que “puedan regresar a sus casas”.