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La censura china asfixia el homenaje a Liu Xiaobo

Los medios chinos no informaron sobre su muerte, excepto en muy raras excepciones, como la agencia Xinhua, que la anunció brevemente en su servició en inglés pero no en el chino, evitando recordar que había sido laureado con el Nobel en 2010  
14.07.2017

Shenyang, China
Se trata del único chino galardonado con el premio Nobel de la Paz. Pero la eficaz censura del régimen comunista hizo que el nombre del disidente, desconocido para la gran mayoría de los chinos, especialmente los más jóvenes, fuese tabú hasta este viernes.

Delante del hospital en el que el opositor falleció el jueves tras un cáncer y más de ocho años de encarcelamiento, solo una persona había oído hablar de Liu Xiaobo de la veintena entrevistada por la AFP.

'¿Quién es? ¿Una estrella de internet?', preguntaba un comerciante, ajeno a la polémica mundial que ha rodeado el destino del disidente, a quien Pekín se negó a liberar para que pudiera ser tratado en el extranjero.

Los medios chinos no informaron sobre su muerte, excepto en muy raras excepciones, como la agencia Xinhua, que la anunció brevemente en su servició en inglés pero no en el chino, evitando recordar que había sido laureado con el Nobel en 2010.

En internet, la 'gran muralla' de la censura bloqueaba las referencias al opositor. El nombre 'Liu Xiaobo' no ofrecía ningún resultado en el motor de búsqueda Baidu. La red Weibo, el 'Twitter chino', bloqueaba su nombre y sus iniciales, 'LXB'.

Las iniciales 'RIP' ('Descanse en paz', en inglés) también fueron bloqueadas en las redes sociales, así como el emoticono que representa una vela.

Los escasos mensajes que conseguían escapar a la censura eran eliminados poco después.

La restrincción para hablar de Liu Xiaobo fue tal que ni en redes sociales se podía publicar nada relacionado con lamentar su muerte.


'La Historia guardará su nombre'

'Fue el valor personificado. La Historia guardará su nombre, muerto o vivo', proclamaba un efímero mensaje en Weibo. 'Tú, que acababas de ser liberado, habías cambiado el mundo. Los que siguen en prisión te saludan', escribía otro usuario.

En una muestra de la eficacia de la censura del régimen comunista, los ciudadanos más jóvenes con quien habló la AFP en Shenyang, la gran ciudad del noreste en la que Liu Xiaobo estaba hospitalizado, parecían no saber nada de su papel en el movimiento de Tiananmen por la democracia, en 1989.

'No sé que es esa revolución estudiantil. No conozco nada de las cosas de esa época', explica Li Pengfei, que estudia un doctorado en ingeniería en la Universidad de Dongbei, la más cercana al hospital.

'Nosotros, los estudiantes, estudiamos nuestras materias, no nos ocupamos ni de la política ni del sistema judicial', asegura el hombre, que considera que la libertad de expresión no falta en China. Tampoco siente la necesidad de que se celebren unas elecciones libres.

'La economía se desarrolla tranquilamente y el país funciona bien. Eso es verdaderamente bueno', zanja.

'Debe de irle bien'

El disidente Ye Du, allegado de Liu Xiaobo, afirma que 'su voz y su nombre desaparecieron' tras la sangrienta represión de las manifestaciones de Tiananmen.

'Hace casi treinta años', destaca Ye Du. 'Desde que obtuvo el premio Nobel en 2010, incluso su nombre se convirtió en un tema político sensible. Así que es perfectamente normal que la mayoría de la gente ignore por completo quién es'.

Con alguna excepción. Zhang Xinyu, un quincuagenario que estaba pintando, en medio del sofocante calor de un parque de Shenyang, antes de que se anunciara la muerte de Liu Xiaobo.

'Yo lo conozco. Toda la gente de mi generación lo conocía, estoy seguro', afirma Zhang, que sin embargo no puede creerse que el opositor siguiera detenido. 'Ha tenido que ser liberado necesariamente. Debe de irle bien, después de todo este tiempo, ya no debería haber ningún problema', supone.

Liu Xiaobo fue detenido a finales de 2008 tras haber escrito un texto, con otros activistas, en el que pedía la democratización del país.

Fue condenado un año después a 11 años de cárcel por 'subversión'. Al final, se le concedió la libertad condicional después de que se le diagnosticara un cáncer de hígado en fase terminal el pasado mayo.