Jerusalén
El ministro de Defensa de Israel hizo este domingo un llamado a boicotear negocios árabes en los lugares donde los residentes realizaron protestas violentas contra la decisión del presidente Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. Además, se dio a conocer que un guardia israelí fue apuñalado en esta volátil ciudad, en el primer ataque desde el anuncio del mandatario estadounidense.
Avigdor Lieberman, líder del partido nacionalista Yisrael Beiteinu, dijo que los árabes de Wadi Ara, en el norte de Israel, no son parte del país y que los judíos israelíes deberían dejar de visitar sus aldeas y de comprar sus productos. Cientos de árabes israelíes protestaron el sábado en una autopista principal. Docenas de manifestantes encapuchados arrojaron piedras contra autocares y vehículos policiales. Tres israelíes resultaron heridos y varios autos sufrieron daños.
'Esas personas no pertenecen al estado de Israel. No tienen conexión con este país”, dijo Lieberman en declaraciones a la radio del ejército. “Además, pediría a todos los ciudadanos de Israel que dejen de ir a sus tiendas, que dejen de comprar, que dejen de recibir servicios, que simplemente que boicoteen Wadi Ara. Tienen que sentir que no son bienvenidos aquí”.
Lieberman pide desde hace tiempo que Wadi Ara se incorpore en su propuesta de intercambio de tierras y población dentro de un futuro acuerdo de paz con los palestinos. Los residentes, como muchos de la minoría árabe de Israel, simpatizan con los palestinos de Cisjordania y suelen identificarse abiertamente con ellos. Pero también hay ciudadanos israelíes que rechazan la idea de convertirse en parte de un futuro estado palestino.
Ayman Odeh, jefe de la lista conjunta árabe en el Parlamento, dijo que el llamado de Lieberman a boicotear a los árabes era una reminiscencia de los peores regímenes de la historia. Gilad Erdan, ministro de Seguridad Pública y miembro del gobernante Partido Likud, señaló que el plan de Lieberman no era aplicable y se opuso a la idea de ceder la soberanía del país solo porque haya ciudadanos árabes.
Las protestas violentas formaron parte del “día de la ira” palestino luego de que Trump anunció el reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel y sus planes de trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén.
Las protestas y manifestaciones salpicaron Cisjordania, Jerusalén este y la Franja de Gaza, territorios capturados por Israel durante la guerra de 1967 y que los palestinos quieren que formen parte de su futuro estado.
La policía israelí i nformó que un guardia de seguridad fue herido gravemente luego de ser apuñalado este domingo cerca de la estación central de autobuses de Jerusalén.
El portavoz de la policía Micky Rosenfeld precisó que el atacante fue detenido. El servicio médico de Magen David Adom informó que un hombre de 30 años sufrió una herida punzante en la parte superior de su cuerpo.
Cuatro palestinos perdieron la vida en Gaza por ataques aéreos israelíes tras el lanzamiento de un cohete desde la Franja y en enfrentamientos en la frontera. A pesar de esto, los tres días de protestas transcurrieron en relativa calma en medio de temores a que pudiesen provocar una nueva intifada palestina.
El estatus de Jerusalén está en el centro del conflicto entre israelíes y palestinos, y la decisión de Trump se percibió ampliamente como un respaldo a Israel. Crisis de menor calado por Jerusalén y el estatus de los lugares sagrados de su Ciudad Vieja provocaron un derramamiento de sangre en el pasado. El anuncio de Trump generó críticas en todo el mundo, incluso de aliados próximos a Washington, que sugirieron que había iniciado innecesariamente nuevos conflictos en una región ya volátil.
El ministro de Defensa de Israel hizo este domingo un llamado a boicotear negocios árabes en los lugares donde los residentes realizaron protestas violentas contra la decisión del presidente Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. Además, se dio a conocer que un guardia israelí fue apuñalado en esta volátil ciudad, en el primer ataque desde el anuncio del mandatario estadounidense.
Avigdor Lieberman, líder del partido nacionalista Yisrael Beiteinu, dijo que los árabes de Wadi Ara, en el norte de Israel, no son parte del país y que los judíos israelíes deberían dejar de visitar sus aldeas y de comprar sus productos. Cientos de árabes israelíes protestaron el sábado en una autopista principal. Docenas de manifestantes encapuchados arrojaron piedras contra autocares y vehículos policiales. Tres israelíes resultaron heridos y varios autos sufrieron daños.
'Esas personas no pertenecen al estado de Israel. No tienen conexión con este país”, dijo Lieberman en declaraciones a la radio del ejército. “Además, pediría a todos los ciudadanos de Israel que dejen de ir a sus tiendas, que dejen de comprar, que dejen de recibir servicios, que simplemente que boicoteen Wadi Ara. Tienen que sentir que no son bienvenidos aquí”.
Lieberman pide desde hace tiempo que Wadi Ara se incorpore en su propuesta de intercambio de tierras y población dentro de un futuro acuerdo de paz con los palestinos. Los residentes, como muchos de la minoría árabe de Israel, simpatizan con los palestinos de Cisjordania y suelen identificarse abiertamente con ellos. Pero también hay ciudadanos israelíes que rechazan la idea de convertirse en parte de un futuro estado palestino.
Ayman Odeh, jefe de la lista conjunta árabe en el Parlamento, dijo que el llamado de Lieberman a boicotear a los árabes era una reminiscencia de los peores regímenes de la historia. Gilad Erdan, ministro de Seguridad Pública y miembro del gobernante Partido Likud, señaló que el plan de Lieberman no era aplicable y se opuso a la idea de ceder la soberanía del país solo porque haya ciudadanos árabes.
Las protestas violentas formaron parte del “día de la ira” palestino luego de que Trump anunció el reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel y sus planes de trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén.
Las protestas y manifestaciones salpicaron Cisjordania, Jerusalén este y la Franja de Gaza, territorios capturados por Israel durante la guerra de 1967 y que los palestinos quieren que formen parte de su futuro estado.
La policía israelí i nformó que un guardia de seguridad fue herido gravemente luego de ser apuñalado este domingo cerca de la estación central de autobuses de Jerusalén.
El portavoz de la policía Micky Rosenfeld precisó que el atacante fue detenido. El servicio médico de Magen David Adom informó que un hombre de 30 años sufrió una herida punzante en la parte superior de su cuerpo.
Cuatro palestinos perdieron la vida en Gaza por ataques aéreos israelíes tras el lanzamiento de un cohete desde la Franja y en enfrentamientos en la frontera. A pesar de esto, los tres días de protestas transcurrieron en relativa calma en medio de temores a que pudiesen provocar una nueva intifada palestina.
El estatus de Jerusalén está en el centro del conflicto entre israelíes y palestinos, y la decisión de Trump se percibió ampliamente como un respaldo a Israel. Crisis de menor calado por Jerusalén y el estatus de los lugares sagrados de su Ciudad Vieja provocaron un derramamiento de sangre en el pasado. El anuncio de Trump generó críticas en todo el mundo, incluso de aliados próximos a Washington, que sugirieron que había iniciado innecesariamente nuevos conflictos en una región ya volátil.
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