Por Lara Jakes / The New York Times
BELÉN, Cisjordania — Esta Noche Buena, se espera que cientos de miles de peregrinos acudan a Roma para el inicio del Jubileo de un año de duración, una tradición católica durante la cual los creyentes pueden obtener el perdón de sus pecados.
Quizás unos cuantos cientos de almas intrépidas peregrinen a Belén, donde algunos teólogos dicen que inició el cristianismo con el nacimiento de Jesús.
El contraste entre dos de las ciudades más importantes del cristianismo no pudiera ser más marcado al inicio de este Jubileo, que tradicionalmente se celebra cada 25 años. Roma está gastando miles de millones de dólares en las últimas comodidades. Belén, una ciudad palestina en la Cisjordania ocupada por Israel, está sumida en una guerra de generaciones de duración y sus 34 mil residentes batallan para ganarse la vida.
Un elemento destacado del Jubileo en Roma es atravesar las Puertas Santas de al menos una de las cuatro basílicas católicas designadas por el Vaticano para recibir la indulgencia plenaria, el perdón de los pecados.
Los funcionarios religiosos de la Iglesia de la Natividad en Belén esperan un anuncio del Papa Francisco en diciembre de que la Puerta de la Misericordia, en la basílica allí, también será designada para conceder indulgencias.
Roma ha presupuestado alrededor de 4.6 mil millones de dólares para 322 proyectos de construcción para los 35 millones de peregrinos católicos que estima la visitarán en el 2025.
Anton Salman, el Alcalde de Belén, tuvo dificultades para expresar alguna esperanza sobre el próximo Jubileo.
El espectro de quedar atrapados en el fuego cruzado de las guerras en Gaza y Líbano ha ahuyentado a muchos turistas y ha llevado a las aerolíneas a cancelar vuelos a la región. Además, los puestos de control militares israelíes restringen el acceso a Belén.
“No creo que vayan a correr este riesgo y venir a orar durante esta época difícil”, dijo Salman.
Al igual que en Roma, el turismo tiene mucho tiempo de ser la base de la economía de Belén. Pero los residentes de Belén que invirtieron en hoteles, restaurantes y tiendas de recuerdos, ahora representan gran parte de lo que Salman dijo que era la tasa de desempleo de la ciudad del 37 por ciento.
En Roma, donde los residentes se quejan de los inconvenientes de la construcción y el flujo interminable de turistas, el Alcalde Roberto Gualtieri dijo que las condiciones en Belén eran “un muy buen recordatorio de que hay una diferencia entre nuestros problemas y los tipos de problemas que tienen ellos”.
“Enviamos un mensaje de solidaridad y un mensaje de paz”, dijo Gualtieri, “y esperamos que la gente encuentre la manera de llegar allí”.
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