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Para entender a Venezuela

Ya pasó más de una semana de las elecciones en Venezuela y todavía, por los resultados obtenidos, sigue ocupando los primeros espacios de la prensa. Hay un interés inusitado por el tema, claro, se trata del país con la mayor reserva de petróleo y oro en América Latina. Los procesos políticos tienen que ver mucho con la riqueza o la pobreza de las naciones.

En la explicación de los problemas de las sociedades actuales hay una tendencia bien marcada; negar el papel de la historia en el desarrollo social, con esto se borra las responsabilidades de las grandes potencias en la conformación de estructuras productivas con altos niveles de dependencia y dominación, además, se oculta el papel de los grupos nacionales que prefirieron tranzar con el capital extranjero antes que elaborar una propuesta de país. En el caso de Venezuela, un hecho que parece olvidarse es lo que se conoció como el Caracazo.

Caracazo es el nombre que se le da a una serie de protestas, disturbios y saqueos que comenzaron en febrero y terminaron en marzo de 1989.

Estas protestas se iniciaron ante el anuncio del gobierno de Carlos Andrés Pérez, de una serie de medidas de ajuste económico recomendadas por organismos de crédito internacional, de las mismas que se aplicaron en toda América Latina, las que generaron el repudio de la población y protestas en todo el país. La represión no se hizo esperar, las mismas terminaron con más de 10 mil detenidos y, cifras no oficiales, hablan de 3 mil fallecidos. De esta manera, finalizaba un largo periodo de relativa estabilidad y daba paso a cambios no conocidos en la historia de aquel país. La aparición de Hugo Chávez como líder de lo que se conoció posteriormente como Revolución Bolivariana, tiene que ver con los acontecimientos señalados.

En medio del descontento popular, un grupo de militares, encabezados por Hugo Chávez, dan un golpe de Estado en febrero de 1992. El golpe fracasó militarmente, pero, luego de un proceso electoral en diciembre de 1998, Chávez es llevado a la Presidencia de la nación. Ya en el gobierno, el joven militar rebelde se declaró antiimperialista y promovió la unidad latinoamericana frente a la hegemonía norteamericana, lo que provocó la indignación en los círculos de poder de Estados Unidos. En pocos años, al país caribeño le han aplicado 930 sanciones, que han tenido consecuencias graves en el campo económico, ciencia y tecnología, incluyendo la compra de medicamentos, tanto que, no le permitieron la compra de la vacuna en los momentos más álgidos del coronavirus. Esto, siendo el propósito, ha generado descontento en contra del gobierno. En estas condiciones, poco competitivas para el oficialismo, se han venido desarrollando procesos electorales. Los últimos comicios se llevaron a cabo el 28 de julio. En este proceso, la oposición venezolana, sus aliados en América Latina y su padrino en Estados Unidos, han puesto toda la carne en el asador y han convertido a los observadores del proceso en propagandistas y jueces en favor del candidato Edmundo González. La consigna, para la oposición, es y sigue siendo, ganar o ganar.