Tegucigalpa, Honduras
La pérdida de liderazgo, la politización, los compromisos extrasindicales y la poca convicción de luchar por una causa que le asiste sigue generando un decaimiento en el movimiento obrero hondureño. Pese a ello, este martes se lanzará a las calles a conmemorar su día.
En todas las ciudades donde hay organizaciones sindicales, las marchas se realizarán bajo un ambiente de protestas, reclamos y críticas contra un sistema patronal que los trabajadores consideran injusto, excluyente y poco equitativo.
El sector gobierno será el blanco de las críticas, anuncian los dirigentes, por ser el principal promotor de leyes que atentan contra la estabilidad laboral y las históricas conquistas que antaño eran sagradas para los trabajadores.
Ahora es común las contrataciones de trabajadores mediante la modalidad de empleo por hora basado en una ley que vino a trastocar los derechos a prestaciones y otros consignados en la ley laboral.
Los consignas se extenderán al sector privado que, a criterio de los dirigentes obreros, sigue reacio a la constitución libre de sindicatos, instrumentos de defensa de los intereses de los trabajadores.
En Honduras, solamente entre 7 y el 10 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) está organizada en unos 400 sindicatos, con una membresía que pasa de los 300 mil trabajadores. O sea que quedan más de dos millones de trabajadores fuera de la protección sindical.
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Pese a las políticas restrictivas en el sector privado, el secretario de organización de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH), José Luis Baquedano, informó que en los últimos años se organizaron 30 sindicatos en la industria de la maquila.
“El movimiento sindical ha crecido, solo en las maquilas hay 30 sindicatos. h ay más de 60 mil trabajadores organizados en sindicatos”, dijo Baquedano a EL HERALDO.
Lo que pasa, añadió, es que “han satanizado el movimiento sindical” a pesar de que esta organización ha jugado un papel importante en la solución de problemas del país como su participación positiva en la solución de la crisis política de 1985.
El movimiento sindical hondureño tuvo a partir de la huelga de 1954 un protagonismo en la vida, social, política y económica del país. Las luchas por la conservación y conquistas laborales eran permanentes, no se limitaban solo al 1 de mayo.
Tal auge fue propio de la Confederación de Trabajadores de Honduras (CTH), la más beligerante, la Central General de Trabajadores (CGT) y más adelante la Confederación de Trabajadores de Honduras (CUTH).
La división ideológica, influenciada por fuerzas externas, la corrupción, la pérdida de liderazgo y la presencia repentina de dirigentes obreros en las planillas de candidatos de los partidos tradicionales vino a acelerar la decadencia del movimiento obrero. Y este fenómeno lo reconocen los dirigentes actuales.
“Estoy convencido que se requiere urgentemente hacer una reingeniería en el movimiento sindical, aparte de eso hay que ir buscando nuevos líderes, hay que irlos formando y dándole espacios a los jóvenes”, afirmó a EL HERALDO José Luis Baquedano, representante de la CUTH.
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Para el analista político Edgardo Rodríguez, la influencia ideológica tuvo mucho que ver en esta pérdida de liderazgo. “Son varios factores. El primero está ligado al ámbito internacional. El movimiento obrero hondureño, durante muchas décadas, a partir de la década del cincuenta, del siglo XX, fue conducido ideológicamente por el Partido Comunista y luego por el Partido Marxista Leninista”.
Añadió que “estas crisis del comunismo coincidió con la crisis de liderazgo del movimiento sindical hondureño y de esta crisis no se ha podido recuperar. Los viejos dirigentes fueron muriendo entonces los sindicatos comenzaron a ser dirigidos por gente sin formación ideológica, sin formación política, quizá algunos tenían buenas ideas pero no tenían la formación política sólida como para afrontar los retos que impone el neoliberalismo”.
En los últimos años las marchas del Primero de Mayo se han caracterizado por la presencia de dirigentes políticos especialmente del partido Libertad y Refundación (Libre), cuyo líder, el expresidente Manuel Zelaya Rosales, suele participar en los desfiles. Para el analista Rodríguez esta presencia política “le ha hecho daño porque esta gente ha llegado al movimiento estudiantil, sindical y campesino para utilizarlo.
No han llegado con fines sanos y ahora los sindicatos se ven como un brazo de Libre”. Sin embargo, Daniel Durón, dirigente de la CGT, declaró que es difícil evitar la presencia de los políticos.
“La convocatoria es abierta, ahí pueden llegar hasta políticos que se sientan consecuentes o afectados y que las masas los puedan aceptar”. Una prueba de que la marcha de mañana será nuevamente politizada es la convocatoria que hizo pública el expresidente Zelaya. “Movilizaciones contra la dictadura de JOH.
Invitamos al pueblo a acompañar a los obreros este primero de mayo en defensa de sus derechos, por el combate a la corrupción, contra violaciones de los derechos humanos y contra el fraude electoral”, dice la nota en su cuenta de twitter.