TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las fuertes lluvias, los constantes deslizamientos y el impetuoso caudal de los ríos han llevado a muchos hondureños a pensar en un segundo Mitch.
La sombra del fenómeno que hizo estragos hace casi 20 años enfrenta hoy una realidad: el país no tiene la capacidad para soportar un huracán con una intensidad como la del Mitch en 1998.
Claudia Mondragón, coordinadora del Observatorio de Ordenamiento Territorial de la Facultad de Ciencias Espaciales de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), explicó que “el país no está listo para recibir un huracán con la magnitud del Mitch”.
Después de 20 años el país ha tenido cambios negativos que no le permiten enfrentar un tifón de lluvia como el Mitch. Entre estos cambios están la deforestación, más asentimientos de personas ubicadas en áreas consideradas vulnerables y sobre población en algunos municipios.
“Honduras ha tenido un retroceso en comparación a veinte años atrás cuando se dio el Mitch, es muy posible que los daños y los efectos de un nuevo huracán serían más catastróficos en comparación a los del pasado”, lamentó Mondragón.
Otro de los problemas que se dan para que Honduras sea un país tan vulnerable a las tormentas es que no hay ordenamiento territorial como debería de ser.
Honduras no cuenta con una autoridad para analizar, desarrollar y gestionar los procesos de desarrollo de los espacios donde las personas van a construir casas para vivir, ya sea en el área rural o en la urbana.
La experta explicó que lo que se debe mejorar son la políticas para la concesión de permisos de construcción.
La población se ha ubicado en las zonas vulnerables, como las riberas de ríos, quebradas, riachuelos o en lugares donde la tierra está húmeda constantemente.
En 2003, Honduras instituyó una ley para regular y analizar el ordenamiento territorial, pero no se ha actuado de acuerdo a esta ley.
Vulnerabilidad
La deforestación es otra debilidad del territorio nacional.
Para Mondragón, año con año va a ser más frecuente ver inundaciones y deslizamientos por tantas zonas deforestadas, lo que representa la problemática de la vulnerabilidad.
Para la experta, lo que ha sucedido en los últimos días no es un desastre natural, sino que es la factura de las malas decisiones en la implementación de políticas de protección de los recursos naturales.
“Puede haber crecidas de ríos, pero no familias damnificadas, lo que ha pasado es que las personas construyen en lugares donde no deben”, aseguró Mondragón.
Por su parte Tania Nieto, experta en hidrología, detalló que los suelos de Honduras no son vulnerables, lo que pasa es que están desprotegidos por tanta deforestación y es ahí donde se expone a derrumbamientos.
“Los huracanes y las tormentas son eventos que hacen grave la erupción híbrida, pero hay otros eventos que suceden al día a día y que dañan al suelo, como la deforestación”.
Cuando hay muchas lluvias lo que sucede es que las partículas de las tierra se llenan de agua y es ahí donde se saturan y se producen los deslizamientos.
“Si tenemos un huracán de los que hemos tenido, nos va hacer más daño de lo que nos hizo porque estamos desprotegidos”, dijo la experta.