TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Honduras fue golpeada por dos tormentas tropicales en menos de 15 días. Los fenómenos, que no solo vinieron a dejar al país hundido en el luto y la desesperación, también aceleraron el contagio de casos de covid-19, sobre todo, en las zonas más afectadas.
Desde La Lima, Choloma, Villanueva, El Progreso, hasta Puerto Lempira, el norte y oriente de Honduras sufrieron los estragos de un fenómeno natural, mientras luchaban contra un virus que dejaba decenas de muertes y al país devastado económicamente.
La tormenta tropical Eta ingresó a Honduras el pasado 4 de noviembre en horas de la noche, pero fue hasta la madrugada del día siguiente que los pobladores, especialmente en el valle de Sula, comenzaron a sentir su furia. Miles de personas intentaron huir, pero lo único que pudieron hacer fue subirse a los techos de las viviendas.
El rescate de todos los afectados tardó casi una semana. Los pobladores poco a poco eran llevados a albergues, otros se quedaron bajo los puentes o en las calles, la mayoría sin ninguna medida de bioseguridad (mascarilla, gel o el distanciamiento físico), pues habían perdido todo.
Epidemiólogos advirtieron que esta situación desataría un repunte de casos en el país, pero que sería notable hasta 15 días después, tiempo que tarda la incubación del virus.
“El problema es el distanciamiento social. Usted tiene súbitamente a cientos de personas aglomeradas en esos albergues, sin mascarilla e interactuando, las probabilidades (de contagio) son bien altas”, advirtió para ese entonces el epidemiólogo Manuel Sierra.
El experto dijo que desde el 5 de noviembre, fecha en que miles de personas fueron llevadas a albergues, comenzó el período de incubación. Advirtió que en dos semanas (19 de noviembre) comenzaría a incrementarse los casos y que en cuatro semanas (3 de diciembre) se observaría un notable incremento en las hospitalizaciones.
Sobre el aumento en las personas fallecidas, dijo que probablemente no sea tan “dramático” como en junio y julio, pues “la gente ya reconoce más la enfermedad, los síntomas” y que, en muchos casos, se automedican o tienen en sus casas el tratamiento MAIZ.
La Unidad de Datos de EL HERALDO analizó los reportes diarios de casos de covid-19 facilitados por la Secretaría de Salud y encontró que en la publicación del 19 de noviembre (el día 15), al menos ocho de cada diez infectados eran de municipios como El Progreso, Ocotepeque, Choloma y Omoa.
Estos últimos también son algunos de los más afectados por el potente huracán Eta y posteriormente por Iota, otro fenómeno natural que agravó la situación sanitaria en el país.
Para esa fecha, en Honduras eran 103,551 los infectados por el mortal virus (desde el 11 de marzo), pero el 37% (entre tres y cuatro de cada diez) procedían de 28 municipios, donde el reporte de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) menciona que la situación era crítica, debido a las inundaciones y saturación de suelo.
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El análisis realizado por EL HERALDO muestra que el incremento de casos positivos en los 28 municipios fue de 3.33%, al menos en los 15 días que advirtió el experto.
Aunque parece una cifra mínima, es más notable al analizar la positividad en cada ciudad. El caso más alarmante es San Pedro Sula, pues para el 4 de noviembre sumaba 14,260 infectados, pero 15 días después la cifra incrementó a 14,975.
Si sacamos la diferencia entre cada fecha y lo dividimos entre los 15 días, podríamos decir que diariamente unas 48 personas resultaron infectadas solo en esa ciudad.
Lo mismo ocurrió en La Lima, uno de los puntos que todavía registra inundaciones. En ese municipio la positividad incrementó casi en un 4% en una quincena.
En Choloma, en promedio hubo ocho contagios diarios, en El Progreso seis, mientras que en Puerto Cortés la cifra fue de tres, es decir que en los 15 días hubo más de 70 infectados.
Los datos pueden variar, pues, según los expertos, existe un subregistro de casos y no se están haciendo las pruebas suficientes. Además, se desconoce si los test realizados en cada de municipio pudieron ser movilizados a los laboratorios de San Pedro Sula o Tegucigalpa para su análisis, especialmente porque varios sectores quedaron totalmente incomunicados.
“La recomendación que dimos desde la plataforma es que todas esas brigadas que andan desplazándose por los barrios, la prioridad ahorita en toda la costa atlántica, son los albergues, allí es donde tienen que estar testeando, detectando personas asintomáticas, aislándolas”, sugirió.
En un análisis denominado “Honduras, escenario de desastres naturales durante pandemia por covid-19”, el epidemiólogo afirmó que en los albergues del país hay un 30% de positividad tanto en personas albergadas como en personal. Los datos corresponden a la Secretaría de Salud, pero advirtió que no han sido publicados.
EL HERALDO intentó confirmar esta cifra con el viceministro de Salud, Nery Cerrato, pero no contestó las llamadas. Lo mismo ocurrió con Karla Pavón, jefa de la Unidad de Vigilancia de Salud.
Albergues
Un poco más de 20 días han pasado desde que Eta golpeó a Honduras y miles de personas todavía se encuentran en albergues. El paso de Iota, 13 días después, afectó a las mismas comunidades que ya estaban bajo el agua o en zonas vulnerables a derrumbes.
De acuerdo con Copeco, hasta el 26 de noviembre eran 96,649 los hondureños que estaban ubicados en 1,000 albergues; más de la mitad eran del departamento de Cortés.
Hasta esa misma fecha, en Honduras se registraban 106,681 infectados, pero tres de cada diez vivían en el departamento norteño, especialmente en los municipios de Villanueva, Choloma, San Pedro Sula, Puerto Cortés y La Lima, algunos de los que encabezan la lista de los 28 más afectados por las lluvias.
Puerto Lempira, ubicado en el departamento de Gracias a Dios, también se suma a la lista. En este olvidado punto geográfico había 554 casos del virus, al menos hasta el 19 de noviembre, pero cinco días después reportaron nueve infectados más, para un total de 563.
La situación en este municipio es tres veces peor. Por una parte, deben esperar a que las pruebas sean enviadas vía aérea hasta Tegucigalpa al menos una vez por semana. Además, por las lluvias e inundaciones más de tres mil personas están albergadas en todo el departamento, lo que aumenta fácilmente el número de contagios.
Para Sierra, este precipitado aumento de casos en los municipios más afectados se debe a que los hondureños están en condición de hacinamiento y cuando llegaron a los albergues muchos ni siquiera portaban mascarilla o respetaban el distanciamiento, pues venían saliendo de una situación donde apenas pudieron salvarse.
Además, especificó que habría que esperar las siguientes cuatro semanas para conocer a ciencia cierta el impacto de ambas tormentas tropicales, pues los casos registrados hasta la fecha apenas son la punta del iceberg.
Pruebas
El infectólogo Tito Alvarado consideró que Honduras registra más casos de covid-19 de los reportados por la Secretaría de Salud, sobre todo después del paso de las tormentas tropicales Eta y Iota.
“Sin restricción de número, con estos problemas de comunicación, con esto de que la gente perdió sus casas, ha de haber muchos más casos, pero como no tenemos las pruebas suficientes”, denunció.
Alvarado fue muy crítico al mencionar que en los reportes existen días donde las autoridades apenas realizaron 200 o 300 pruebas cuando, en realidad, deberían estar aplicando tres mil, pero nunca se ha llegado a ese número.
El experto se refirió a dos días (el 9 y el 19 de noviembre) cuando el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager) apenas reportó 248 y 317 test.
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“Deberían hacer más pruebas es ahorita porque se ha relajado la gente, están saliendo todos los hondureños a las calles, hay más peligro y están los albergues”, sugirió.
Desde que Eta y Iota golpearon a Honduras, las autoridades dejaron de transmitir el reporte diario de casos de covid-19, quitaron las restricciones de circulación por dígito y apenas pidieron a los hondureños no salir de sus viviendas a partir de las 10:00 de la noche. La medida es temporal.
Alvarado también dijo que así como crearon un gabinete para la reconstrucción de Honduras por los dos fenómenos naturales, es necesaria la creación de uno contra el covid-19, que desde marzo mantiene de rodillas a Honduras.