Cuando vamos a llevar a nuestros hijos al pediatra esperamos encontrar al típico doctor con la bata listo para la revisión, pero al llegar nos recibe un médico disfrazado y nos asombramos.
Este es el caso del doctor Gustavo Bustillo (46) del Hospital San Felipe, en Tegucigalpa, y mejor conocido como el Patch Adams hondureño.
De un carisma impresionante y que cualquier niño se puede sentir seguro en plena cita médica, el doctor de la risa se ha ganado este título no solo por su especialidad, sino que se disfraza para poder brindar atención médica a todos los menores hondureños.
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En una entrevista exclusiva con EL HERALDO, el Patch Adams hondureño nos cuenta que antes de que se metieran a robar a su casa tenía alrededor de 500 peluches, entre ellos gorros divertidos en un barril.
Sin embargo, ahora únicamente cuenta con apróximadamente 200 peluches, los cuales ha obtenido por regalos de sus familiares y pacientes.
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'Ganarse la confianza de los niños de una forma muy natural es demostrarles que uno puede ser como ellos', dice el médico como una de las técnicas para llegar a los infantes.
'Tener a Cristo en mi vida es la mayor bendición, hago mi trabajo como si fuera para Dios', agregó.
Desde niño soñaba con ser pediatra, en su edad univesitaria siempre se identificó cargando peluches, llaveros y botes infantiles, y ahora en su trabajo no deja por ningún motivo su complemento diario, sus gorros cómicos.
'Trabajar a favor de los demás es una bonita forma de servir y disfrutar mi labor', añadió.
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El nombre original de Patch Adams se debe a Hunter Doherty Adams, conocido como el médico de la risoterapia estadounidense, quien cada año viaja a diferentes países con un grupo de voluntarios vestidos de payasos, para llevar el humor a pacientes y niños huérfanos.
El doctor Bustillo jamás se imaginó que las personas lo compararan con el médico de la risoterapia. El sobrenombre lo adquirió por la película Patch Adams, un filme cómico (1998) donde el fallecido Robin Williams sale interpretando a un galeno que curaba a los niños, así como hace el doctor hondureño.
Sin embargo, el doctor Bustillo no empezó a realizar sus cómicas labores por imitar la película, al contrario fue una gran sorpresa para é ver el personaje tan idéntico en su trabajo, espíritu y amor a su vocación.
Una de sus anécdotas como médico fue que estuvo realizándole diálisis a una señora y todos los días llegaba puntual. La dama tenía muchos peluches en su cuarto y, al saber que no viviría más, le dijo que escogiera uno y eligió una rana, que lo acompaña hasta estos días.