Siempre

Artículo de Octavio Carvajal: ¡Los huéspedes!

A Xiomara Castro no le será fácil gobernar si permite rodearse de damas y varones caprichosos amantes de la trifulca y el enredo
19.12.2021

T EGUCIGALPA, HONDURAS.- De correr andan líderes de Libertad y Refundación (Libre) en todo el país buscando ser huéspedes de primera de Xiomara Castro, quien, rodeada por hilo de demandas, sigue sin soltar prenda de quiénes serán sus cercanos en su régimen, obligado a doblar corruptos y a calmar el grito de miles de activistas que ansían entrar a la gruesa y amada burocracia.

Castro será la cuarta mujer presidenta en Centroamérica, después de Violeta Chamorro en Nicaragua, Mireya Moscoso en Panamá y Laura Chinchilla en Costa Rica, y la primera bajo el olor de una izquierda que deberá decidir si anula galillos groseros y heridos (otros en cargos públicos) para regir en paz y sin tropiezos en una nación inquietada por el odio y deseos de desquite desde 2009.

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HALAGOS

Si el consejo vale, oiga a todo mundo, relegue a lagartos -también de cámaras, micrófonos y plumas- amantes de chupar pisto ajeno a punta de maquillar lo malo y lo feo. No caiga en trampas ni vaya a sentirse excelsa. A su consorte lo lamían amigos, políticos, empresarios y ciertos periodistas. Luego, lo patearon, pero “el pancista soy yo”.

El bullicio callejero habló en las urnas, harto de abusos, pudrición y de coqueros. Entierre con gala lisonjas y vicios absurdos. Que la lección recibida en el pasado -y que también botó a los cachos del sillón- no se la lleve de encuentro a usted. No hay tales de cuarta urna ni de reelección presidencial cuando el pueblo se cansa. No se deje nublar por lenguas venenosas.

LÁTIGO

No hay duda de que el tiempo acomoda todo y, sin ansiarlo, Xiomara, la ex primera dama, será en mes y medio la primera mujer que asuma el trono, sin urgir de caprichos tontos o de tontos encaprichados, ni mucho menos de codicias malévolas urdidas entre sucias figuras. No sueñe ni admita, de entrada, a más de algún sagaz, deseando voltear lo que el elector ajusta cuando los de arriba lo disgustan. ¡Correcto!

Los pueblos, hasta en las naciones más poderosas, se cansan de gobiernos y jefes despóticos, y el nuestro siempre es excepcional, poderoso e implacable. En el momento apto, saca su cuarta (no electiva) de seso e inmola o eleva a todo aquel o aquella que se pierde en las mieles del poder. Está probado que, bajo un sinfín de tretas, los votantes cobran cuentas a los cuentistas.

Al soberano se le deben oír sus clamores ante el rechazo del hilo de dolores y antojos de un jefe seducido por el sillón. Que 2009 sirva de lección para todos los que aún contamos su amarga historia, porque, por unos vivos, hubo muertos, daños eternos y tirrias fieras sin olvidar. La nación no merece malos partos que pierden la razón por la gruesa ración. Libre ganó ampliamente los comicios sin necesitar de cuarta o quinta urna ni de ningún otro disparate de perversos. Todo cae por su propio peso. ¿Verdad, “Mel”?

LLUVIA

Más de un millón setecientos mil sufragios para Xiomara Castro es una señal clara, inequívoca, de que el voto popular tiene un inusitado poder de reventar urnas donde sea; independiente de las mentes débiles, el gentío votó para botar lo que le hastió. Aleccionó a esos (as) que se sueñan eternos robando y mintiendo, mientras curten de zozobra a toda una sociedad.

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En la gestión de Castro medio mundo querrá ser su comensal y corresponsal, pero deberá probar decoro y no tapar su hedor con gorros en la Fiscalía ni en la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Además, la señora de Zelaya no solo está cuesta arriba por la pila de clientes y ofertas, sino también por un caño de encendidos que de entrada le pueden poner entre la espada y la pared.

Salvador Nasralla, quien declinó su deseo presidencial, está, pensamos, obligado a aterrizar con su particular ego. Gobernar, estimado “Salva”, no es un pinche juego de X-0 da Dinero. Para dirigir un país se urge, primero, de boca prudente; como dijo “Mel” en su momento, “aprender a navegar con la bandera de tonto”, sin serlo, lógicamente. Los platos y trapos sucios se lavan en casa y punto.

Huéspedes altivos, soñadores, fogosos y tirados de castos con cola podrida hacen terrible daño a las tutelas. Que su magia no se desinfle tierna y fácilmente en su gestión. Mande con tino y firmeza. Haga lo que deba hacer, alejada de invitados malsanos, que las urnas y los tiempos pasan una cara factura a quienes se les pasa la mano. No se vale llegar manso y sacar las uñas en el mando porque parece que después va Héctor Manuel. ¡Qué lengua!

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