TEGUCIGALPA, HONDURAS.-o existe duda de que la penuria mental provoca sinfín de angustias en los hondureños ávidos de políticos limpios, sinceros. Empero, aquellos que critican y no dejan de tener razón en que la reelección es ilegal, son los mismos que no dan chance a nuevas proles ni brillos y es el caso del partido Libertad y Refundación (Libre), un pichingo familiar.
El propio Manuel “Mel” Zelaya Rosales, el ruiseñor de Libre, fue quien en 2007 inició con los jadeos del continuismo “legal” presidencial a su manera y no al modo “ilegal” de JOH poniendo y quitando magistrados como ya de todos es harto conocido. De un lado y de otro, cada quien canta la canción, según sus codicias. En Libre solo ellos son “demócratas”.
'Si JOH, en un caso hipotético, intenta clavarnos a su mujer como candidata, sería despótico. Si “Mel” nos mete a su esposa Xiomara Castro es un acto de “democracia. |
Mostaza
En río revuelto… surge Libre tras el golpe de Estado de 2009 y tritura al Partido Liberal que llevó al trono a “Mel” Zelaya. Aunque sus adeptos lo sueñan como uno de los galanes más pulcros del país, en su partido priman gustos excitables. Quien intente reñirlos, desde cualquier tribuna, es corrupto, vende patria, “mostacero” y “50 pesitos”.
Usan mil ardides para mentir e insultar incivilmente. La razón solo atañe a ellos. En su “libertad” se hacen un nudo para enchutar votos a lomos de la inopia partidaria y de todo aquel que los ve tersos. Si JOH, en un caso hipotético, intenta clavarnos a su mujer como candidata, sería despótico. Si “Mel” nos mete a su esposa Xiomara Castro es un acto de “democracia”.
Así es el ir y venir de sus líderes y de gran grupo de sus fanáticos. Que otros nos impongan primos, hermanos, hijos, damas y amantes es indecoroso. No obstante, si está la mano absoluta de Libre, todo es “por el bien de la patria”. Si existen partidos de maletín para venta y tráfico de credenciales, a Libre lo han convertido en un botín familiar. ¡Correcto!
Aquí todos debemos rendir cuentas, de eso no cabe ninguna duda, pero tampoco es para admitir y rendirnos ante desatinos de los tirados y estirados de pulcros. Si Xiomara Castro nos merece todo respeto como mujer y ex primera dama, tampoco es para tomar de changoneta la primera magistratura del país valiéndose del desaliento general.
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Si la reelección no es sinónimo de salvación, imperdonable sería que loemos un nepotismo insolente en Libre que tanto odio atiza mientras exige y pregona moral en todos los confines de la patria. No seamos candil de la calle y oscuridad de la casa. A la esposa de “Mel” la bautizó un grupo de arrimados al pastel. Solo Carlos Eduardo Reina y otros se desligaron del armario.
El país no cambiará izando banderas con vanidosos(as) que ni estirándose su mala ficha cubrirán las vilezas de otros, sea el caso de maridos, esposas, hijos, primos y hasta la que se arrima con iguales planes. No nos hablen de moral, siendo o buscando ser otro depravado de la gruesa burocracia. Llevamos décadas manteniendo familiones.
La nación no está para lactar malos partos políticos ni mucho menos para dar de mamar a quienes juran ser látigos contra la corrupción y son los primeros en camuflar o purificar sus pillerías en uñas femeninas. El que quiera ladrar, que ladre.