TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Mi maestra fue preparada para abrir la puerta de la escuela a la lectura, la invitó a entrar y todos nosotros le dimos la bienvenida entre risas y juegos”, relataba Brianna McCarthy, alumna del quinto grado de la Escuela José Trinidad Reyes, en la clausura del proyecto De Lectores a Líderes, que durante seis años USAID desarrolló en Honduras.
La iniciativa potenció la lectura en los niñas y niñas de primer a sexto grado de 2,500 centros educativos de 85 municipios del país. Esto se traduce en 155,012 niños y niñas con materiales para avanzar en su aprendizaje, 15,240 libros distribuidos en 43 bibliotecas escolares y comunitarias, 91 alianzas con alcaldías, empresas privadas, fundaciones y medios de comunicación, 160 becas a jóvenes que brindaron tutorías a niños para fortalecer las competencias en lectoescritura y 14,654 kits escolares, entre otros logros.
Los números dicen mucho, pero ante la emoción de los niños por lo alcanzado está dicho todo.
Maestros, directores y padres de familia coincidieron en algo: la alegría de los infantes al recibir los materiales, al saberse atendidos de la manera que todo niño en cualquier rincón de Honduras se lo merece.
Pero esto aún no es posible para todos hasta que en Honduras la educación deje de ser una asignatura pendiente. Hasta que la educación salga de cuidados intensivos para tener la salud necesaria que la lleve a enfrentar adversidades como la pandemia del covid-19.
Ya lo decía Kenneth MacLean, el director de USAID: “La lectura posee un poder transformador, capaz de moldear mentes y cambiar destinos. La lectura brinda conocimientos y perspectivas, nos hace conocer el mundo y las oportunidades que ofrece... La lectura nutre la autonomía”.
Hablar, leer y escribir es el trinomio de la apropiación de nuestra lengua, y estos miles de niños lo han experimentado durante seis años consecutivos.
La clausura del proyecto De Lectores a Líderes fue una celebración de logros, de retos superados, de sueños alcanzados, fue un recordatorio de que la educación siempre será la mejor inversión, que el futuro no se construye con promesas ni con iniciativas en papel, que el futuro se forja con acciones y la disciplina necesaria para alcanzar objetivos.
Y como destacó Seidda Mendoza, directora del proyecto: “La lectura y la escritura es para todos. La lectura y la escritura es para el futuro”.
Mendoza agradeció a la Secretaría de Educación el trabajo realizado desde el proyecto, a las alcaldías, a la empresa privada, maestros, voluntarios, niños y el equipo que ante todo pronóstico sacó adelante la iniciativa, cuyos resultados fueron mostrados en la Expo-Feria que convocó al final del evento a todos los invitados, con la premisa de que esa semilla que fue sembrada en cada escuela seguirá dando su cosecha aun y cuando el proyecto haya finalizado.
Lo mismo destacó el ministro de Educación, Daniel Sponda, quien reiteró que no había que estar tristes por la culminación del proyecto y que todo lo aprendido debía ser replicado en los siguientes años.
El cierre del evento fue con una presentación del Ballet Nacional Folclórico Garífuna.