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Los diez mejores mediometrajes que se han realizado en Honduras

Desde 1962 hasta 2019, en 57 años de cine hondureño, esta es la decena de buenos mediometrajes que, a mi juicio, merecen mayor atención

03.08.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En Honduras los mediometrajes, a pesar de las limitaciones de mercado que sufren por su duración, han gozado de un relativo reconocimiento en festivales regionales y en circuitos culturales, pero siguen sin posibilidades de recuperar lo invertido y de ser apreciados por las masas.

Estos 10 mediometrajes de temática variada que he reseñado en orden cronológico merecen, sin duda, un trato diferente.

Mi amigo Ángel (1962)

El primer filme de ficción de Honduras. El pionero en abordar temas sociales como la niñez vulnerable, el alcoholismo, la pobreza en el área urbana y la violencia contra la mujer. Se estrenó en el Cine Palace de Tegucigalpa en 1964, además fue exhibida en Roma.

Dura 32’ y en el elenco figuran Roger Membreño, Argentina Gálvez de Abraham y Claudio Salgado. Responsable del guión, dirección y edición, Sami Kafati con su obra debut nos demostró que en nuestro país se puede hacer cine de calidad. Un mediometraje de visionado obligatorio para todo hondureño.

Maíz, copal y candela (1983)

Quizás el mejor documental etnográfico rodado en Honduras. Durante 34 minutos somos testigos del guancasco, la compostura de la tierra y otros ritos del ciclo agrario del maíz que realizan las comunidades lencas de Yamaranguila. Cada plano nos transmite esa curiosidad del que quiere ahondar en las manifestaciones de las culturas vivas.

Fue realizado por Cine Taller Honduras, un crew multidisciplinario formado por René Pauck, Mario López, Vilma Martínez, Atanasio Herranz y Jorge Federico Travieso. Un filme ameno, educativo y que envejece como el buen vino.

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“Producir en video” (1990)

Una rareza en la filmografía hondureña. Una productora de Canadá realizó en nuestro país en 1989 un video instructivo de producción audiovisual, una docuficción de 43’ donde un crew aprende in situ tips básicos para mejorar el corto documental que realizan sobre la faena diaria de un paletero en Tegucigalpa.

René Pauck funge como sonidista y los figurantes de ese documental son catrachos: Francisco Andino, Gina Barahona, Napoleón Pineda y Manuel Farías. Dos filmes en uno.

“Hasta que el teatro nos hizo ver” (1990)

Este documental de 42’ de René Pauck muestra el montaje de la obra teatral-musical “Loubavagu”, dirigida por Rafael Murillo Selva con la comunidad garífuna de la aldea Guadalupe.

Intercala entrevistas al elenco con fragmentos de ensayos y de la obra final y videos de archivo en blanco y negro realizados por Fosi Bendeck a?os atrás. El crew incluye a Marisela Bustillo, Napoleón Martínez, Mario López, Francisco Andino e Hispano Durón. Cine sobre teatro.

“Alto riesgo” (1996)

Ejemplo de cómo de un encargo institucional puede crearse buen cine argumental. Cedros fue la locación escogida para esta ficción con fines didácticos que retrata las dificultades que sufren las embarazadas en las aldeas rurales, el rol de las parteras y el reclamo de las mujeres del pueblo a sus necesidades.

Dura 40’ y fue dirigido por René Pauck con un crew compuesto por Hispano Durón, Marisela Bustillo, Lourdes Ochoa, Elizabeth Figueroa, entre otros. De los primeros casos de feminismo en el cine hondureño.

“Fantasmas del huracán (2000)

Nuestra película de ficción referente sobre el Mitch. Los traumas, los macroalbergues, la orfandad y la reconstrucción nacional y personal se hilvanan en esta historia protagonizada por Juan José Ortega, Salvador Lara y César Indiano. Escrita y dirigida por Elizabeth Figueroa, este filme de 44’ obtuvo varios premios en el IV Festival Internacional de Cine en Centroamérica Ícaro 2001 y participó en otros festivales. El monólogo de Salvador Lara sobre la solidaridad es antológico.

“Corazón abierto” (2005)

Tras la muerte en 1996 de Sami Kafati, su ambicioso largometraje “No hay tierra sin dueño” quedó sin montaje final. Este documental de 39’ de Katia Lara narra el lento proceso de finalización de una obra de arte desde el frío reposo en el estudio del cineasta hasta la cálida recepción en las salas de cine.

Una oda a la pasión por hacer buen cine en condiciones difíciles. Un reencuentro del elenco y crew para rememorar aquella hermosa quijotada. Un documental sobre el mejor filme y cineasta de Honduras.

“Los hijos de Tomán” (2012)

Otro documental etnográfico, esta vez enfocado en la comunidad tolupán de la Montaña de la Flor. A lo largo de 42 minutos repasamos las tradiciones y costumbres de esta etnia mediante planos que retratan su cotidianidad e impresiones tanto en español como en tol.

Fue escrito, producido, dirigido y editado por Gerardo Aguilar, con ayuda en animación de Omar Carías, para la Sedinafroh.

Blackout (2013)

En una sociedad distópica orwelliana donde un “Apagón” bloqueó la memoria de los ciudadanos y la tecnología opera al servicio de un sistema opresor, un escritor y peleador rebelde encuentra una curiosa manera de recuperar lo perdido.

Interesante historia futurista escrita, dirigida y editada por Braulio Lin y Daniel Fung junto a un crew-elenco multitareas. Dura 46 minutos, fue filmado en inglés y cuenta con varias escenas de acción y efectos especiales. Un filme donde la ciencia ficción y Tegucigalpa logran confluir.

“Horla” (2018)

En Honduras es raro hallar adaptaciones al cine de obras literarias europeas del siglo XIX. En 43 minutos, Antonio Ochoa (bajo el seudónimo Qanil Maoc) logra una respetable adaptación del cuento homónimo de Guy de Maupassant. Con música de Fernando Raudales y elenco con formación y experiencia teatral (Christian Roque, María Dubón, Gabriel Ochoa, Carollinne Álvarez, Joaquín Palma, René Centeno, entre otros), el filme deja una grata impresión.

Otros mediometrajes

Aparte de esta decena selecta, son dignos de mención “Leti, mujer de generaciones” (1995) de Marisela Bustillo, “Mitch: Más allá de una esperanza” (2000) de Francisco Andino, “Un día en la vida de mi vida” (2005) de Mayra Alvarado, “Al compás del campanario” (2007) de Elizabeth Figueroa, “Rescatando nuestra cultura” (2007) de Irian María Flores Peñalva, “Viva la gloria” (2012) de Júnior Álvarez y “Haceme barra” (2013) de Luis Hércules, entre otros.

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