Tegucigalpa, Honduras
Cientos de personas abarrotaron este lunes la Basílica Menor de Suyapa, para ofrecer una misa en memoria de las seis víctimas que fallecieron en un trágico accidente aéreo en la zona montañosa de la Reserva Biológica de Yerba Buena.
El párroco Carlo Magno Núñez brindó esperanzadoras palabras de aliento a los dolientes y recordó que 'la muerte aparece muchas veces de forma inesperada y sin avisar'.
'Para el que muere, la muerte es el encuentro con Dios, es la alegría plena de vivir para el Señor. Nuestra fe es la esperanza plena, de que nuestra hermana Hilda Hernández, al igual que todos los que perecieron en ese trágico accidente están en la manos de Dios', aseguró.
Cientos de personas abarrotaron este lunes la Basílica Menor de Suyapa, para ofrecer una misa en memoria de las seis víctimas que fallecieron en un trágico accidente aéreo en la zona montañosa de la Reserva Biológica de Yerba Buena.
El párroco Carlo Magno Núñez brindó esperanzadoras palabras de aliento a los dolientes y recordó que 'la muerte aparece muchas veces de forma inesperada y sin avisar'.
'Para el que muere, la muerte es el encuentro con Dios, es la alegría plena de vivir para el Señor. Nuestra fe es la esperanza plena, de que nuestra hermana Hilda Hernández, al igual que todos los que perecieron en ese trágico accidente están en la manos de Dios', aseguró.
Además: 'Que el Señor llene ese vacío que nos deja', mamá de Hilda Hernández
A la misa asistió el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, acompañado de su esposa la primera dama, Ana García, quien no pudo contener las lágrimas.
Visiblemente afligido el mandatario aseguró que su hermana mayor, Hilda Hernández 'deja un enorme vacío'.