SAN PEDRO SULA, HONDURAS.- La Dirección Policial de Investigaciones (DPI) indaga tres hipótesis en torno al crimen de tres agentes policiales ocurrido en la aldea Agua Amarilla, Trujillo, Colón, el pasado fin de semana.
La primera hipótesis es que el ataque mortal a los agentes sería una represalia del crimen organizado por las acciones contra la delincuencia en esa zona.
La segunda está orientada a que los criminales se sintieron sorprendidos con la presencia de los agentes porque tal vez los delincuentes, supuestamente, andaban algo que ocultar en el carro pick-up que estaba con sus llantas ponchadas en el lugar del hecho o porque tienen cuentas pendientes con la justicia.
La tercera hipótesis es que posiblemente se dio una persecución de los policías y los malhechores los atacaron a balazos.
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Las autoridades de Seguridad pusieron en marcha ayer la Operación Posmura Guaimoreto en su primera fase en el departamento de Colón y lugares aledaños, la cual tiene como objetivo principal dar con los responsables del asesinato de los agentes Jairo Marcelino Posadas Ortiz (36), con rango clase I, y los policías Juan Carlos Murillo Olivera (37) y Jonathan Josué Ramos (27) y presentarlos ante los tribunales competentes.
Entre el contingente de efectivos que participan en el operativo hay cinco grupos de agentes especializados en balística forense, informática forense, video forense, investigadores de delitos contra la vida y de la Fuerza de Investigación de delitos violentos, dotados de equipo con tecnología moderna. También participan en la operación los dos helicópteros de la Policía.
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Las autoridades policiales informaron que la operación es parte de una serie de acciones policiales a fin de identificar, ubicar y capturar a los asesinos de los tres funcionarios policiales y combatir de manera frontal a otros grupos delictivos organizados que operan en esa región.
El director general de la Policía, Gustavo Sánchez Velásquez, nombró en Colón a tres comisionados de policía para que supervisen y desarrollen las operaciones de investigación para dar con el paradero de los delincuentes que asesinaron a los funcionarios de la Policía Nacional.
La operación además tiene como finalidad emprender acciones en contra de otras estructuras que conforman grupos delictivos organizados que operan en esta región realizando actos criminales que ponen en riesgo la seguridad ciudadana y los bienes de las personas.
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La Policía Nacional mantiene desde hace algunos meses intervenida la zona del Bajo Aguán en Colón debido a la conflictividad social y criminal proveniente de estos grupos pertenecientes al crimen organizado e inclusive de invasores de tierras dedicados al cultivo de palma africana.
El subcomisario Cristian Nolasco, vocero de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), dijo que ya están avanzadas las investigaciones y que van por buen camino. Nolasco dijo que dentro del carro que estaba ponchado encontraron indicios que son importantes en la investigación.
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Entrega de los cuerpos
Los restos mortales de los tres policías fueron reclamados el lunes en la morgue de Medicina Forense de esta ciudad por sus familiares y compañeros de armas.
Carlos Murillo, primo del agente Juan Carlos Murillo, dijo: “Mi primo decía que quería siempre ser el mejor policía, digno y respetable, y tenía quince años de ser miembro de la Policía y la institución lo capacitó bien. Siempre le gustó ser policía desde niño y tiene dos hermanos más que son policías”.
A la medianoche de ayer, los cuerpos llegaron a la Secretaría de Seguridad donde se realizó un ascenso póstumo.
El cuerpo de Jairo Posadas será trasladado a Nacaome, Valle; el de Jonathan Josué Ramos, a La Venta, Francisco Morazán; y el de Juan Carlos Murillo, a Salamá, Olancho.
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