Los contingentes policiales y militares que recorren las calles de los sectores más conflictivos de San Pedro Sula no parecen menguar las acciones delictivas que se desarrollan en las sombras, posando sus garras sobre los niños y jóvenes de Honduras.
Aunque varios de sus miembros han sido detenidos o neutralizados por las fuerzas del orden, las pandillas logran reorganizarse y desplegar sus tentáculos en las zonas más pobres de la capital industrial de Honduras, obligando a miles de menores de edad a huir.
Esta violencia es, en gran parte, la que ha orillado la migración de los niños hondureños hacia Estados Unidos.
La oleada de migrantes ha puesto a Honduras en los ojos del mundo y por ello, decenas de periodistas han visitado el país para constatar la situación de los menores que viajan a Norteamérica en busca de esperanza.
'Lo más dramático son las propias historias, los testimonios que escuchas de la gente que está escapando de la pobreza, del acoso de las pandillas', dijo Rosa Flores, una periodista de CNN que se encuentra en Honduras, al diario HuffPost Voces.
'Lo que nos explican es que los pandilleros reclutan a los niños en las escuelas y si no entran a la pandilla, los amenazan, los matan. Las familias no tienen otras opciones. Te quedas y te mueres a manos de las pandillas o los mandas a Estados Unidos en un camino peligroso', añadió.
Flores inició sus reportajes sobre la crisis humanitaria en la frontera sur de Estados Unidos en los albergues habilitados en los centros de detención de Texas. Luego viajó a Honduras para documentar la llegada de los vuelos de deportados a San Pedro Sula.
'Tenemos información que los pandilleros están entrenando a los niños para desmembrar personas', relató perturbada la comunicadora.
'He platicado con un padre que está buscando a sus hijos, aquí en Honduras no los ha visto, simplemente los niños se pierden en los barrios, se desaparecen de la nada', comentó.
ElHeraldo.hn intentó comunicarse con autoridades de Fusina; sin embargo, no obtuvo respuesta.
A inicios de julio, el cadáver de una niña de 13 años fue encontrado enterrado en el patio de una vivienda en la colonia Sinaí del sector Rivera Hernández.
Según informó la Policía Nacional, la menor habría sido asesinada por pandilleros por negarse a formar parte de la pandilla MS, que opera en la zona.
Para evitar que los menores caigan en manos de la violencia, el gobierno de Honduras ha implementado el programa Guardianes de la Patria.
Desde el inicio del proyecto, al menos once mil niños y jóvenes de entre siete y 18 años se han inscrito y han sido capacitados por los elementos militares, así como por religiosos, sociólogos y psicólogos.
El programa se realiza en las bases militares a nivel nacional y es supervisado por los padres de familia y maestros que permanecen en el lugar mientras los menores reciben sus diferentes clases.
