El exdirector de la Policía Nacional de Honduras, Ricardo Ramírez del Cid, ha reiterado esta mañana que hay oficiales de las Fuerzas Armadas y de la Policía, involucrados en la muerte de su hijo Óscar Roberto Ramírez (17).
El joven fue asesinado el pasado domingo
en un restaurante de la colonia Altos de Toncontín, al sur de la capital de Honduras, junto a los dos guardaespaldas del Escuadrón Cobras que tenía asignados.
Ramírez ha revelado, durante su participación en el programa Frente a Frente de Televicentro, que el propio director de la Policía Nacional, comisionado Juan Carlos Bonilla, estaba en la zona al momento del atentado.
Indicó que sus investigaciones le indican que el director policial estaba en la gasolinera Esso América y apenas minutos antes, había pasado frente del negocio donde se produjo la balacera.
Esto Ramírez lo sabía, producto de sus investigaciones y labores de inteligencia y se lo confirmó el propio Juan Carlos Bonilla cuando lograron establecer comunicación después del crimen.
Según el testimonio de uno de los sospechosos detenidos, quien se encuentra herido en el hospital Escuela,
fue un militar de alto rango de las Fuerzas Armadas de Honduras quien les proporcionó las armas a los mareros.
El pasado jueves, Ramírez del Cid confirmó las versiones de EL HERALDO en el sentido de que los autores intelectuales contrataron a los sicarios
en la Penitenciaría Nacional y estos reos a su vez contrataron mareros de la colonia Monterrey para cometer el crimen.
Según las investigaciones de EL HERALDO, los reos implicados son conocidos por sus alias “El Paisa”, “El Colombiano”y “El Chele”.
Las indagaciones de Ramírez indican que el militar implicado fue reconocido como el mayor Sánchez, del C2.
Indicó que aún no tiene certeza de que este oficial exista; sin embargo, advirtió que son las autoridades de investigación las llamadas a profundizar la investigación. No descarta que este mayor haya usado un pseudónimo cuando hizo contactos con los pandilleros.
Y es que es este oficial el que habría proporcionado armas a los pandilleros para que ejecutaran el crimen.
'Esto no lo hago por venganza, lo hago por amor. Lo que dice este testigo debe investigarse', insistió Ramírez.
Lo que ha podido determinar es que el objetivo principal de los sujetos era secuestrar al joven Óscar Roberto; pero, cuando uno de los sujetos llegó al restaurante y gritó 'esto es un asalto', se le fue un disparo que impactó en otro de los pandilleros, lo que hizo reaccionar a los dos policías Cobras que cuidaban a su hijo y se armó una gran balacera.
Bonilla debe ser suspendido
Enfatizó que Juan Carlos Bonilla debe ser suspendido de inmediato, para que se abra una investigación objetiva.
Como parte de la investigación, dijo que Bonilla debe ser sometido a evaluaciones psicológicas y psiquiátricas para que pueda establecerse, de forma científica, su conducta.
Además, pidió al ministro de Seguridad que frene los cambios que se pretenden hacer en la cúpula policial, ya que con los mismos lo que se busca es quitar policías de puestos fundamentales para continuar esta investigación.
Para el caso, dijo que desconfía del objetivo que tiene Bonilla para mover en este momento a las autoridades de la Dirección de Investigación y de la Policía Preventiva.
Mencionó que desconfía de la rotación de Guillermo Arias, para el caso, quien es enviado a la Dirección de Investigación.
'Ya sé lo que están haciendo, le pido con todo el respeto al señor ministro (de Seguridad), pare ese cambio, pare el otro cambio de la (Policía) Preventiva, que nombre un nuevo director, o suspendan al director y alguien que asuma ahí mientras se hace la investigación'.
Ramíez reiteró que es necesario investigar y 'de ser cierto hay que castigar', asegurando que no esta actuando motivado por el capricho o la venganza.
Fue debilitado
Ramírez insistió esta mañana que fue debilitado y que este pudo ser un factor determinante para inducir a este atentado.
Para el caso, leyó una comunicación que le envió la misma Policía, por órdenes del director de la Policía, Juan Carlos Bonilla, en el que le obligan a que entregue, en menos de 24 horas, seis elementos Cobras que tenía asignados a su seguridad personal.
Ramírez dijo que al salir de la Policía quedó con 12 elementos Cobras, pero por órdenes del director de la Policía le pedían que entregara la mitad de su personal, con lo cual buscaban debilitarlo.
Estos 12 elementos los tenía asignados en dos turnos de seis elementos por turno. Con la determinación solo tendría tres elementos por turno, los que eran insuficientes para cuidar de su esposa, de sus hijos y de él mismo.
No conformes, por órdenes del director de la Policía Juan Carlos Bonilla, también se le pidió que entregara de inmediato dos vehículos que tenía asignados y que también eran usados para las labores de seguridad.
Ramírez reveló que, como parte de este debilitamiento del que era objeto, asesinaron a su conductor personal, el cual también ejercía labores de seguridad.
Denunció que la muerte de este conductor 'también vino desde adentro'.
Ramírez dijo que, en virtud de que la Policía y la Secretaría de Seguridad de Honduras, no le quisieron pagar sus prestaciones, decidió mantenerse a disposición en la institución, como una medida de seguridad y para tener escolta policial.
Es por ello que decidió fundar una pequeña empresa de construcción, oficio que había entusiasmado a su hijo Óscar Roberto para estudiar ingeniería civil en el extranjero.
Finalmente pidió más protección para los sospechosos detenidos, ya que estos han revelado que se sienten amenazados y creen que podrían atentar contra sus vidas.
Producto de esa intimidación, dijo que algunos de estos sospechosos pudieron haber cambiado ya sus versiones del hecho.