Sucesos

Masacre en llantera deja cuatro muertos y dos heridos

Seis supuestos sicarios en motocicletas abrieron fuego contra las personas que se encontraban en el taller, entre residencial Plaza y Los Llanos.

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15.05.2015

TEGUCIGALPA, Honduras

La violencia volvió a sacudir el viernes a la capital de Honduras. Supuestos sicarios que se conducían en tres motocicletas acribillaron a balazos a cuatro personas en un taller de reparación de llantas ubicado en la calle principal que conecta Residencial Plaza con la colonia Los Llanos.

Esta es la segunda masacre que se registra durante la presente semana en el Distrito Central y, además, dejó dos hombres heridos, quienes fueron ingresados a centros hospitalarios capitalinos.

Tres de las víctimas fallecieron en la escena del crimen, mientras que otra expiró horas más tarde en la sala de cirugía del Hospital Escuela Universitario (HEU) de múltiples heridas de bala.

Los fallecidos fueron identificados por las autoridades como Nelson Alberto Molina López, de 34 años; Wilfredo Ventura Umanzor, de 46; Melvin Smith Reyes Villalta, de 19, y Henry Geovany Cáceres Elvir, de 22 años, más conocido como “Suyapín”.

Según testigos, Ventura Umanzor era un albañil amigo del dueño de la llantera, originario de Danlí, El Paraíso, con domicilio en la colonia La Rosa de Comayagüela.

Mientras que Molina López era un cliente que llegó a reparar una llanta de su motocicleta, se dedicaba a repartir periódicos en horas de la madrugada y laboraba en la empresa de tintes.

En el caso de Reyes Villalta y Reyes Villalta “Suyapín”, se dedicaban a lavar automóviles en el plantel, según lo declarado por testigos.

El cuerpo sin vida de Nelson Alberto y de Wilfredo quedaron en el interior del taller, mientras que Reyes Villalta cayó abatido a tiros frente al taxi con registro 2983, el cual lavaba en el estacionamiento en el momento que ocurrió el tiroteo. El de Cáceres Elvir fue reconocido en la morgue del HEU.

Mientras tanto, la Policía identificó a los heridos con los nombres de German Rodríguez, propietario del taxi, y Franklin Noé Ramos, empleado del negocio.

Equipos de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) se presentaron a la escena del crimen a realizar las averiguaciones orientadas a identificar a los asesinos y a establecer los móviles del múltiple crimen.

Nutrida balacera

Testigos oculares relataron que el múltiple crimen ocurrió alrededor de las 12:00 del mediodía luego que seis hombres con armas automáticas llegaron al lugar en tres motocicletas y, sin mediar palabras, abrieron fuego contra todas las personas que estaban en el local.

Los malhechores huyeron en dirección a residencial Plaza tras consumar el múltiple crimen, mientras que personas que estaban cerca auxiliaron a los heridos y los trasladaron a centros hospitalarios en carros particulares.

Uno de los tres heridos fue llevado a la sede de la Cruz Verde en la colonia Kennedy y luego trasladado en una ambulancia al HEU en estado crítico.

Técnicos de la Sección de Inspecciones Oculares de la DNIC realizaron la requisa en la escena del crimen en busca de indicios que puedan ayudar a identificar y capturar a los autores materiales e intelectuales de la matanza.

En la parte de afuera del taller colocaron 36 números color amarillo sobre los casquillos de bala que quedaron esparcidos en el área tras la nutrida balacera.

Varios casquillos más quedaron en el interior del local, los que fueron levantados para ser analizados en los laboratorios balísticos.

El perito forense, el fiscal de turno del Ministerio Público y equipos de la Policía realizaron el reconocimiento legal de los cadáveres, actividad que concluyó a las 4:30 de la tarde.

Testigos criticaron que a la hora de la balacera se encontraba cerca una patrulla motorizada de la Policía Militar del Orden Público (PMOP), pero que no hubo ninguna reacción de los dos elementos, lo que permitió que los criminales se dieran a la fuga.

Hipótesis

Los cuerpos de inteligencia analizan varias hipótesis en torno al crimen con el fin de establecer los verdaderos móviles, ya que las mayor parte de víctimas eran personas que se ganaban la vida con su trabajo.

Según información que conocieron los investigadores, el dueño de la llantera, que solo fue identificado como Manrique, es propietario de autobuses del transporte urbano, por lo que no descartan que el hecho esté relacionado con la extorsión.

Un comentario que circuló en la escena es que el dueño del local paga puntualmente extorsión a cuatro grupos criminales que operan en la capital, por lo que no se explican las causas por las cuales sucedió la balacera.

Los cuerpos de inteligencia investigan si el cuádruple crimen tiene relación con un incidente que se registró la noche del lunes en el mismo sector, donde supuestos mareros protagonizaron una balacera cuando llevaban raptado a un pastor evangélico.

El lunes, cinco vendedores de lácteos fueron acribillados en la colonia El Carrizal, en Comayagüela. Por este hecho, la policía solo ha capturado a un sospechoso.

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