SANTA BÁRBARA, HONDURAS.- “La voz me gritaba 'hey mátala, hey mátala'', era lo que presuntamente escuchaba en su mente
José Fernando García minutos antes de
decapitar a su abuela de 92 años de edad en en
el barrio Las Casitas de San Nicolás, Santa Bárbara, zona occidental de Honduras.
El sujeto llegó en horas de la madrugada a la casa de su abuela, María Antonia Rivera Sagastume y aparentemente, mientras está dormía, le cortó la cabeza.
'Ella no lo merecía. Lo crió desde chiquito. La mamá lo dejó botado y se fue para Catacamas, Olancho y ella se hizo cargo de su nieto. No es justo', declaró la mujer.
El sujeto llegó en horas de la madrugada a la casa de su abuela, María Antonia Rivera Sagastume y aparentemente, mientras está dormía, le cortó la cabeza.
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Las primeras investigaciones establecen que García andaba bajo los efectos de la droga y alcohol cuando cometió el atroz hecho violento.
Tras el crimen, el cuerpo de María Antonia Rivera fue hallado por los vecinos, quienes de inmediato dieron aviso a la Policía Nacional.
Al consultarle los motivos del parricidio aseguró que “la voz me gritaba 'hey mátala, hey mátala', tuve que hacerlo, de seguro era el diablo quien me gritaba”.
'Ella lo crió desde chiquito'
Una hija de la fallecida lamentó que su madre se encargó de cuidar al presunto asesino desde que era niño, incluso, aún vivían juntos en un pequeño cuarto.'Ella no lo merecía. Lo crió desde chiquito. La mamá lo dejó botado y se fue para Catacamas, Olancho y ella se hizo cargo de su nieto. No es justo', declaró la mujer.
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