COMAYAGÜELA, HONDURAS.- Hace algunos meses se fue para el extranjero para salvar su vida, pero el destino le jugó una mala pasada y terminó siendo retornado al país.
El miércoles, la mano criminal que lo seguía lo encontró y acabo con él. Óscar Cresencio Padilla Castro, de 30 años, fue ultimado de varios disparos en horas de la mañana en el interior de su lugar de trabajo.
El violento hecho se produjo en la empresa de Transportes Contreras, ubicada cerca del mercado Mama Chepa de Comayagüela.
Esta empresa cubre la ruta de Tegucigalpa a Comayagua y viceversa. También cubre la ruta que recorre hacia la ciudad de Danlí, El Paraíso.
Él era originario de Palestina, Olancho, pero residía en Comayagua junto a su pareja.
El joven se levantó temprano, como todas las mañanas, para llegar a su centro de trabajo, donde se desempeñaba como cobrador, y partir rumbo a Comayagua.
A los pocos minutos de haber llegado, un sujeto que se conducía en una motocicleta entró a la empresa, supuestamente para comprar un boleto de pasaje, y sin mediar palabras le disparó en reiteradas ocasiones al joven.
Óscar estaba sentado en una silla al momento de ser atacado, por lo que cayó al suelo al recibir los impactos de bala. Tras cometer el hecho, el responsable se fue huyendo en su motocicleta de la escena.
Según testigos del hecho, se escucharon siete impactos de bala. Elementos de la Policía Militar de Orden Público (PMOP) y de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) llegaron a la escena del crimen para acordonar el área.
Minutos después llegó el personal de Medicina Forense para realizar las inspecciones oculares, tomar huellas y hacer el levantamiento del cadáver.
Extorsión
Una prima del joven contó que él antes laboraba en la empresa como vendedor de los boletos de pasaje.
Comentó que hace dos años, debido al cobro de extorsiones de la empresa por parte de maras y pandillas, asesinaron a la esposa del dueño de Transportes Contreras.
En aquel entonces, el ahora occiso presenció el crimen. “Yo le dije a él que se fuera para Estados Unidos porque lo iban a matar”, contó con gran tristeza la prima, mientras aguardaba en la sala de espera de la morgue judicial.
Añadió que el año pasado óscar se fue para Estados Unidos, pero meses después lo deportaron. Él se vio obligado a buscar su antiguo empleo, pero le ofrecieron un puesto de cobrador porque su plaza como vendedor de boletos ya estaba ocupada, y él aceptó.