LA LIMA, HONDURAS.- “Nunca pensé que iba a ver a mi niño así, esos zapatos se los compré hace dos semanas y se puso alegre”. Así lo afirmaba Jenny Jamileth Tábora al ver cómo agentes y bomberos rescataban el cuerpo de su hijo José Gerardo Alvarado, de 15 años, del río Chamelecón.
El cadáver del adolescente fue sacado del afluente junto al de su padre José Yerardo Alvarado López (38) en las cercanías del bordo de la colonia La Mesa, de La Lima.
El padre y su hijo habían desaparecido desde el miércoles 21 de agosto junto con Irvin Antonio Claros Burgos (22) y Carlos David Aguilar (14), luego que salieran en dos carretas de caballo de la colonia 23 de Septiembre, de La Lima, a eso de las 3:00 PM.
Los dos hombres con los dos menores salieron luego de recibir una llamada de un amigo albañil que les pidió dos carretas de arena para una construcción.
La arena la iban a dejar a la colonia La Mesa, pero a las 6:00 PM sus familiares se preocuparon porque sus parientes no contestaban los celulares y salieron a buscarlos.
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Las carretas con los caballos fueron encontradas por los familiares en la colonia Sitraterco, una estaba cargada y la otra no.
La búsqueda de los cuatro desaparecidos continuó el jueves, pero fue hasta en horas de la mañana del viernes que reportaron los cuerpos flotando en el río Chamelecón, en la zona de la colonia La Mesa.
Los cuerpos de José Yerardo Alvarado López y su hijo José Gerardo estaban cerca uno del otro. El padre tenía amarrados los pies con un lazo y, según el informe preliminar de levantamiento, tenían señales de torturas.
El forense no logró determinar la causa de muerte en la escena, pues los cuerpos ya presentaban signos de descomposición, por lo que se deberá esperar el resultado de la autopsia.
A unos metros estaban los cuerpos de Irvin Antonio Claros Burgos, yerno de José Yerardo Alvarado, y de su amigo Carlos David Aguilar, ambos también tenían señales de tortura. Según forenses, el proceso de descomposición de los cuerpos se aceleró porque estuvieron expuestos al sol y el agua.
Mientras los cadáveres eran rescatados, familiares lloraban en los alrededores del bordo. Jenny Jamileth Tábora, esposa de José Yerardo y madre José Gerardo, decía que ellos no se merecían morir así, porque solo salían a trabajar. “Mi hijo estudió hasta sexto grado y se había dedicado a trabajar con su padre, mi yerno y su amigo”.
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El portavoz de la Policía, Marlon Miranda, indicó que investigan a tres personas por el múltiple asesinato.
“Donde las víctimas andaban dejando el flete, según información, opera un grupo delictivo que los interceptó y los asesinó”.
Según se conoció, los carreteros llegaron a la colonia La Mesa, adonde operan pandilleros de la 18, quienes se los llevaron por la fuerza a una casa abandonada y ahí los torturaron.
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