TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Desconsolada ante la irreparable pérdida, una mujer lloraba sobre el pequeño ataúd del niño que murió atropellado por un automóvil en el municipio de Guaimaca, en el departamento de Francisco Morazán.
La fémina, identificada como Hendy Salgado, dijo ser hermana del pequeño, pero que lo sentía como si fuese su hijo, llegó hasta la morgue de Tegucigalpa para reclamar su cuerpo y trasladarlo hasta el mencionado sector.
“¡Ay, mi bebé... Dios mío, yo lo amaba como mi hijo!”, decía entre lágrimas mientras se aferraba al féretro, que fue subido a un vehículo pick up.
El menor, que respondía al nombre de Eleazer Isaí Valdez, de seis años de edad, murió arrollado por un automóvil cuando iba en su motocicleta.
Según el relato de su familia, el niño estaba con otro amiguito bajando mangos de un árbol y luego tomaron la bicicleta para marcharse, pero cuando salieron a la calle el vehículo atropelló al pequeño Eleazer.
Lamentablemente, las heridas que recibió fueron mortales y no pudo ser llevado a un centro médico.
La hermana del infante pidió que se haga una investigación, pues creen que el conductor del vehículo pudo incurrir en responsabilidad.