TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Múltiples respuestas surgen de los pensamientos de los ciudadanos cuando se les consulta si conocen o saben cuáles son los alimentos que más se compran en la capital.
“Pienso que pueden ser las birrias (cervezas) porque los bolos nunca faltan o quizá sea la leche por ese montón de niños que hay aquí (la capital)”, respondió de manera jocosa don Manuel López.
“Los huevos, porque, aunque estén caros siempre los compramos, aunque los frijoles nunca nos fallan”, dijo por su parte la ciudadana Dunia Alvarenga.
Ante esta incertidumbre, EL HERALDO consultó a las autoridades de la Dirección General de Protección al Consumidor (DGPC) para conocer cuáles son y si están dentro de la nueva normativa del congelamiento de precios.
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En respuesta a la solicitud, la institución definió que hay 30 productos que son los más vendidos en los comercios capitalinos, pero seis encabezan la lista de los de mayor consumo.
Mario Castejón, titular de la DGPC, explicó que “se hizo con base en una encuesta de egresos e ingresos de los hábitos de consumo y con la encuesta definimos los 30 productos de los 274 -alimentos que componen la básica familiar- que están exonerados”.
Del total de los comestibles destacan las tortillas en primer lugar, en donde una familia de cinco personas puede comer más de 2,100 unidades en tan solo un mes y generan un gasto arriba de los mil lempiras.
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También lo hacen los frijoles, que son el segundo alimento más adquirido por los hogares capitalinos, que cuestan 120 lempiras la medida y un hogar consume más de tres durante un mes.
Dos derivados de las aves, igual se suman a la lista, como ser el cartón de huevos que se consume más cuatro veces al mes por los cinco integrantes de la familias, es decir, casi 30 unidades por semana.
El pollo en libra es el otro producto que es apetecido por la mayor parte de los capitalinos, sin olvidar la sal y el azúcar que son dos complementos fundamentales en las mesas de los ciudadanos.
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Regularización
Ante los últimos incrementos a los productos de la canasta básica, la Secretaría de Desarrollo Económico (SDE) emitió la ley de congelamiento de precios que fue aplicada desde el 1 de diciembre.
Esta medida mantiene descontentos tanto a los vendedores minoristas como a las asociaciones defensoras de los consumidores capitalinos porque aseguran que no es la manera en cómo una Secretaría de Estado debió actuar frente a los disparos agresivos de los precios de los alimentos.
Carmen Bonilla, comerciante, lamentó que “ahora nosotros somos los que vamos a pagar los platos rotos, sabe, compramos producto de calidad y no podemos venderlo al precio que el gobierno dice; nadie se preocupa por nosotros, deberían decirle a las grandes empresas que nos vendan barato y así no fregar al cliente con los precios”.
Adalid Irías, titular de la Asociación para la Defensa de la Canasta Básica (Adecabah), cuestionó la decisión de la SDE y explicó que “una estabilización - en los precios de los alimentos- debió hacerse a mediados de junio o julio porque desde ahí la situación estaba terrible y no ahora”.
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