TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La Alcaldía del Distrito Central reconoce 940 barrios y colonias en la capital. De ellos, al menos 90 surgieron como invasiones, así lo revelan datos de la comuna de hace diez años.
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El estudio de esa fecha señala que entre 240 mil y 245 mill capitalinos habitaban esos sectores, es decir, el 20 por ciento de la población total de aquel entonces.
Bajo esa premisa, se estimó que al año surgían al menos seis invasiones. Hoy, el escenario se torna aún más complejo y es que el gobierno local dejó de registrar las cifras, por lo que ya se perdió la cuenta de los asentamientos ilegales en el municipio 0801.
“Ahora sería impreciso decir cuántas surgen al año”, dijo Russel Garay, director del Despacho Municipal, quien también explicó que en conjunto con el Instituto de la Propiedad (IP) realizan intervenciones en algunas zonas de patrimonio municipal que han sido invadidas como la salida al norte y carretera hacia Olancho.
“Nosotros no hemos hecho ningún proceso de desalojo, lo que hacemos es tomar posesión de los inmuebles para conocimiento de la población”, agregó el funcionario.
Las limitaciones
Eufemia Banegas, de 62 años, es una de las miles de personas que ante la falta de una vivienda decidieron asentarse en una zona con la esperanza de que en algún momento las autoridades les reconocieran su derecho a la vivienda y les concedieran un título de propiedad.
El pasado 3 de marzo se cumplieron 25 años de espera, y es que la colonia Generación 2000 surgió como una invasión, pero aunque la organización comunitaria en esa zona es impecable aún no se les reconoce como dueños de sus tierras.
“Yo vine cuando apenas habían unas cuantas casas, ahora hay como 500 y unas 2,000 familias”, recordó la madre de familia. Su temor, como el del resto de los vecinos es que un día los desalojen, por lo que claman por la celeridad de sus títulos que llevan varios años engavetados en el IP.
Dino Rietti, expresidente del Colegio de Arquitectos de Honduras (CAH), catalogó los asentamientos informales como “un tema delicado” y es que, “si pudiéramos trabajar con las personas y viéramos los problemas coyunturales del país, entenderíamos que la tierra es lo más importante.
Es de ahí donde surge la prosperidad, el desarrollo”, estimó el urbanista. A ello se le suma que las invasiones traen consigo problemas de servicios básicos y desorden, agregó Rietti.
Según el censo de asentamientos informales que realizó TECHO Honduras en 2018, en donde citaron a la Gerencia de Acceso a la Tierra de la AMDC como fuente, el 54% de los asentamientos informales son producto de invasiones desorganizadas u ocupaciones hormiga, es decir que las familias llegan poco a poco sin ningún tipo de orden.
Además, nueve de cada diez asentamientos poseen calles de tierra, lo que dificulta el acceso del transporte público, situación que se complica aún más en época de lluvia.
Pese a la gravedad del asunto, la comuna no maneja un proyecto a corto plazo para controlar la problemática.