TEGUCIGALPA, HONDURAS.-La Avenida Cervantes lleva cerrada más de 90 días debido a los trabajos de reconstrucción que ejecuta la Alcaldía, lo cual ha pausado la actividad económica y ahora los negocios luchan por sobrevivir.
EL HERALDO recorrió la zona para dialogar con los dueños o empleados de cada establecimiento y conocer cómo les está afectando el bloqueo de la calle y las aceras.
Según los reportes proporcionados por cada negocio y analizados por el rotativo, se constató que las personas están experimentando una disminución del 80% de sus clientes habituales.
“Pongámosle que antes había un promedio diario de 20 a 25 personas, principalmente aquellos que llegaban a pie. Ahora, si acaso, llegan unas 5 personas, como máximo. Lo que hacemos es atender a través de llamadas y satisfacer nuestra demanda como agencia”, relató Jorge Hernández, asesor financiero de la agencia de viajes internacionales Lotto que opera en la zona.
Lo anterior se da por varios factores como el cierre de la calle, la falta de espacio en las aceras y el peligro de tropezar o golpearse con el material de construcción, ya que es un lugar en obras, sumado a eso de que las personas evitan ensuciarse o embarrarse con el lodo de la calzada, por lo que prefieren cambiar de calle.
“Nuestra clientela ha disminuido porque esta ya no es una zona peatonal, este sábado, por ejemplo, solo atendimos una persona, pero tenemos la fe en Cristo de que nos va a mandar clientes”, manifestaron en la sala de belleza Germana.
La baja demanda de servicios y consumo hace que cada vez la carga económica sea más pesada para cada propietario, y algunos tuvieron que despedir a su personal por la falta de ingresos.
“Éramos tres aquí y tuvieron que irse dos para poder sostener el negocio. De los tres mil lempiras que recibíamos a diario, ahora con esfuerzo, apenas alcanzo los mil. Además, hay que sumarle los gastos de renta, porque esos no bajan. Queremos que la Alcaldía redoble el trabajo, por favor”, dijo Estiven Hernández, propietario de una fotocopiadora.
Además de estos inconvenientes, la falta de agua potable mantiene a algunos negocios en vilo porque no pueden ofrecer un servicio completo.
“Rompieron el tubo del agua, lo que hoy nos tiene sin la misma. Ahora, nos vemos en la situación de tener que utilizar las instalaciones sin agua. Además, si una persona necesita usar el sanitario, no podemos contar con ello para satisfacer esa necesidad del cliente”, lamentó Fredy Nuñez, locatario de Barbería Clásica.
Otro problema que se suma al calvario de estos comerciantes que tratan de sobrevivir es el alto costo de los alquileres, ya que, sin importar los trabajos, los propietarios de cada edificio o local siguen cobrando como antes de las obras.
“Estamos hablando de unos... Digamos unos 18,000 lempiras al mes, que tenemos que ir apartando diariamente en poquitos, ya que a la hora del pago el dueño espera el dinero completo”, detalló un emprendedor.
Al ser consultado sobre si había alguna rebaja, contestó: “Es muy difícil que nos reduzcan la cuota, lo único que nos queda es luchar y esperar que los muchachos terminen pronto los trabajos para recibir lo que perdimos”.
Al tener conocimiento de los sobresalientes esfuerzos que realiza cada comerciante, EL HERALDO trató de contactar al gerente de Atención al Ciudadano de la Alcaldía durante dos días, con el fin de conocer si estas personas pagan impuestos y, en caso de hacerlo, si podrían ser eximidas durante el tiempo que dura la remodelación de la Avenida Cervantes. Sin embargo, no hubo respuesta del titular