TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Los animales que habitan en el Parque Nacional La Tigra han convivido con los capitalinos durante mucho tiempo, pero desde hace varios años sus especies pasaban desapercibidas científicamente.
Sin embargo, desde el 2015 sus rasgos, huellas y tamaños han quedado registrados en pequeñas cámaras de video.
Aunque algunos capitalinos desconocen la existencia de la flora y fauna que alberga La Tigra, su ecosistema se ve constantemente amenazado por personas sin conciencia ambiental.
A través de la instalación de varias cámaras trampa en el 2015, las autoridades de la Fundación Amigos de La Tigra (Amitigra) descubrieron la existencia del puma.
El descubrimiento de este ejemplar ha sido fundamental para las investigaciones que realiza la fundación sin fines de lucro.
En la actualidad, la organización cuenta con un lote de 12 cámaras trampa que fueron donadas por empresas comprometidas con el ambiente y que están ubicadas en varios sectores del área protegida.
“En realidad eran 17, pero los cazadores y personas ajenas al cuidado del ambiente dañaron cinco pensando que los aparatos iban a tomar capturas de sus rostros”, explicó Jorge Luis Murillo, director técnico de la Fundación Amitigra.
Funcionamiento
Los aparatos tienen una resolución de ocho megapixeles, cubren al menos una hectárea y tienen un costo comercial de 4,000 lempiras cada una.
“Hemos cubierto principalmente el núcleo, es decir, unas siete mil hectáreas, las cámaras toman un punto diminuto, requerimos de más aparatos para cubrir las 24 mil hectáreas de bosque que tiene La Tigra”, indicó Murillo.
Especies como el tepezcuintle, zorro gris, comadrejas y otras forman parte del nuevo inventario y hallazgo que han registrado las cámaras trampas.
“Se creían extintos por las cacerías, se habían visto, pero a nivel científico no existía reporte hasta ahora”, agregó el técnico.
Las autoridades de la organización revelaron que las cámaras son colocadas durante dos meses en sitios seleccionados, ya sea por conocimiento de los guardaparques o por la identificación de algunas huellas.
Además, comentaron que debido a la presión que ejercen los 1.3 millones de capitalinos y las 53 comunidades instaladas en la zona de amortiguamiento, las poblaciones de animales no son tan altas como deberían.
“Creemos que el bosque no está del todo saludable, la presencia de algunos animales debería de ser mayor, la fauna compite con gatos y perros por espacio y alimento, incluso cazándolos o llevándoles enfermedades”, añadió el experto.
De continuar los incendios forestales, proyectos habitacionales y la caza de la fauna, en 15 años podrían desaparecer especies que son claves para el buen funcionamiento del pulmón del Distrito Central.
Concientización
Los videos publicados en redes sociales han permitido a la organización crear conciencia sobre las diferentes especies que habitan en el área pública.
Por su parte, Ricardo Meraz, un capitalino, comentó que el ser humano solo cuida y protege lo que verdaderamente conoce, por lo que invitó a la población para que visiten La Tigra y unir esfuerzos para su protección.