TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “La primera vez que visité a la Virgen venía cayéndome, me traían mis familiares sostenida debido a que los doctores me habían detectado cáncer en los huesos”, narró con tristeza doña Edelvina Gálvez, devota de la Morenita que ayer agradeció por tantos milagros en su vida.
Los médicos le dijeron que no podría caminar más por su enfermedad; sin embargo, ya van cinco años que se recuperó y se siente sana.
Su historia marca los primeros testimonios que los hondureños revelan en el marco de la conmemoración del hallazgo milagroso de la Virgen de Suyapa que sucedió hace 277 años.
El pasado 20 de enero, la imagen original de la Patrona de Honduras fue trasladada en una carroza de la Catedral San Miguel Arcángel hasta la Basílica a fin de recibir las visitas.
El acto fue acompañado de muchos peregrinos que con amor y reverencia cuidaban a la diminuta imagen. Asimismo, muchos pedían por sus familias.
“Desde muy oscuro hemos venido a agradecer a la Virgencita por todos los milagros que ha hecho con nuestra familia”, contó también Heidi Betancourth, quien viajó desde la aldea de Lodo Negro, municipio de Curarén hasta el santuario.
El arzobispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher destacó el sentido de celebrar ayer al inicio del tiempo ordinario para suscitar en nosotros ese compromiso por saber escuchar y atender esta voz de Dios.