TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Tegucigalpa y Comayagüela estarán atrapadas en una maraña de cables que enreda la belleza de sus calles y desafía a aquellos que buscan capturar su esencia en una imagen.
La renovación estética de ambas localidades tendrá que esperar una actualización de los reglamentos y del personal para instalar un sistema de cableado subterráneo en la capital.
Según las autoridades de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), existen reglamentos obsoletos y el personal carece del conocimiento necesario para liberar a ambas ciudades de los enredos.
“Tenemos una normativa de construcción establecida, pero no está tan actualizada en cuanto al tema del cableado subterráneo. Estamos trabajando en conseguir capacitaciones, ya que nuestros técnicos, tanto ingenieros como técnicos de cuadrilla, no tienen la experiencia para abordar esta cuestión”, explicó Edgardo Portillo, subgerente Operativo Regional de Distribución de la ENEE.
Portillo aseguró que desde 2002 no se ha actualizado el reglamento, lo cual es uno de los factores que impiden la implementación del cableado subterráneo.
¿Hay condiciones para tener un cableado subterráneo?
Al conocer los primeros obstáculos, surgió la incertidumbre de si realmente Tegucigalpa y Comayagüela podrían dar ese salto a la innovación y no quedarse atrás en temas de desarrollo urbano y tecnológico.
Por lo que EL HERALDO decidió dialogar con expertos en urbanismo, arquitectura e ingeniería con el fin de obtener una respuesta sobre la factibilidad de tener un proyecto.
Giselle Sánchez, expresidenta del Colegio de Arquitectos de Honduras (CAH), indicó sobre problemas como los cortes de energía frecuentes debido a transformadores sobrecargados o dañados, interrupciones durante fuertes lluvias y las consecuencias que estos contratiempos causan en general.
“Realizar un estudio de prefactibilidad es crucial para determinar la viabilidad de implementar un sistema de cableado eléctrico subterráneo en Tegucigalpa.
Evaluando la infraestructura existente y examinando los costos de inversión necesarios. Además, evaluar los beneficios esperados, tanto en términos de mejora estética urbana como en la calidad y confiabilidad de la distribución eléctrica”, manifestó la arquitecta Sánchez.
Mientras que para el urbanista Dino Rietti “querer es poder” y según él es momento de trabajar en unidad para cambiar el rostro de una bella ciudad, como es la capital de Honduras.
“Es tiempo de que todos trabajen, empresa privada y Alcaldía, que piensen en el desarrollo. Desde 2011 viene la idea de pasar de los cables aéreos a subterráneos, pero hoy no hay nada. Si los que prestan los servicios de telefonía no quieren apoyar, las autoridades deberían trabajar y luego cobrar los costos”, dijo Rietti.
Los ingenieros aseguran que “sí es posible” porque hay varias zonas de la capital que cuentan con este sistema de líneas eléctricas que están bajo suelo.
“Miremos las recientes zonas residenciales como El Sauce y Mirador de los Ángeles; también el de la avenida Gutenberg, en el Guanacaste y la avenida La Paz, esto nos demuestra que sí se puede y que todo es cuestión de disposición”, apuntó Gustavo López, ingeniero civil.
Lo que sí resaltaron los expertos es que un proyecto de cableado subterráneo puede ser cuatro veces más costoso que una instalación aérea, pero destacaron que la ciudad gozará de múltiples beneficios.