Tegucigalpa, Honduras
En el interior del embaulado de una quebrada en la colonia Nueva Suyapa fue descubierto un destazadero clandestino de caballos.
En el lugar fueron encontrados unos 20 esqueletos de los semovientes que habían sido sacrificados hace varios días y uno en horas de la noche, del pasado martes.
La entrada de la mazmorra es un arco de piedra de unos cuatro metros de ancho por tres de alto, la cual está ubicada bajo un terreno que es utilizado como parqueo temporal.
Para llegar a la zona hay que descender por una ladera de unos 200 metros de profundidad.
Olor putrefacto
A unos metros de ingresar al embaulado un olor putrefacto comienza a inundar el lugar, en la zona se conjugan fetidez y aguas cargadas de heces fecales con la sangre de los animales muertos.
La fetidez con el paso de los minutos se vuelve insoportable, al grado de que los periodistas y personal de salud prefieren mantenerse en silencio, mientras realizan las anotaciones y toma de imágenes de las osamentas de los caballos.
De un momento a otro un murmullo interrumpe en el lugar.
-Mira, ¿será ese tu caballo?
-Sí este es, pucha cómo le pudieron hacer esto a los animalitos.
Era la conversación de tres hombres que ingresaron al lugar para verificar si los huesos y cueros que se encontraban en la zona pertenecían a los caballos que les habían robado días atrás.
“Vimos las noticias y nos venimos a este lugar, porque hace unos 22 días le robaron una yegua a mi vecino y a mi desde diciembre me quitaron un caballo”, expresó uno de los campesinos que pidió no revelar su nombre.
Por las patas y la cabeza que aún tienen el pelo y el cuero los hombres identificaron a lo que quedaba de sus bestias.
“Yo usaba mi caballo para halar agua y leña, jamás pensé que iba a verlo así”, dijo otro de los hombres que se lamentaba por la condición en que encontraron a sus animales.
Las bestias habían sido robadas en colonias de la parte norte del Distrito Central.
Los hombres con foco en mano y machete en la cintura lograron identificar cuatro animales, entre ellos un caballo, dos yeguas y una potranca (cría de la yegua que no tiene más de tres años).
“Nosotros hemos denunciado este problema a las autoridades, pero nunca nos han hecho caso”, recalcó el hombre que portaba sobre su cabeza un sombrero blanco, mientras señala con su machetea un puñado de huesos.
Inspecciones
Al lugar también se hicieron presentes los inspectores de la Gerencia de Orden Púbico para atender la denuncia sobre el matanza de los caballos.
“Vamos a seguir las investigaciones para determinar cuál es la procedencia de los animales y a dónde fue a parar esa carne”, expresó Gerardo Reyes, encargado de Asuntos Pecuarios y Control de Alimentos de la Alcaldía Municipal del Distrito Central.
La carne al ser manipulada en una zona insalubre debe ser descartada para el consumo humano, razón por la cual los inspectores informaron que era necesario conocer hacia dónde fue trasladada.
“Por el estado de los restos de varios de los animales se calcula que fueron destazados desde hace más de un mes y que participaron en la matanza de cinco a diez personas”, dijo Reyes.
Carlos Cruz, gerente de la Procesadora Metropolitana de Carnes (Promdeca), dijo que es un peligro que las personas consuman carne de este tipo debido a las condiciones insalubres en que fue procesada.
Cruz calculó que los equinos pesaban unas 250 libras como mínimo cada uno, por lo que es posible que los delincuentes hayan obtenido unas 5,000 libras de carne.
“Existe un altísimo riesgo para las personas, debido a que donde se sacrificó a los animales es un paso de aguas negras, por lo que sin temor a equivocarme la carne está contaminada”, expresó Julio Aparicio, asesor presidencial en materia agroalimentaria.
Las personas que consuman este carne podrían presentar diarrea, deshidratación, sangrado y moco en las heces, causado por la bacteria de la salmonela.
Por su parte, Francis Contreras, comisionado presidente de la Agencia de Regulación Sanitaria, recomendó a la población que la carne se debe comprar en un lugar donde se garantice la calidad.
