TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El uso de leña como combustible es la opción que los capitalinos que residen en la periferia de la ciudad tienen para cocinar sus alimentos.
Hacer las tortillas al fogón para consumo o la venta es una manera cotidiana y arraigada que muchos ya traen desde sus lugares de origen. Sin embargo, otros cocinan sus alimentos con este producto por ahorro, ante el alza de los combustibles fósiles o la energía eléctrica.
De una u otra razón, la leña sigue siendo uno de los principales combustibles para cocinar para muchas familias.
En efecto, de acuerdo con el Balance Energético Nacional (BEN), cerca del 40% de los hogares consumen leña, teniendo el mayor consumo las áreas periurbanas del Distrito Central y el valle de Sula.
En cuanto al costo de este material, todo depende del proveedor. Por ejemplo, María Enríquez, quien vive en la colonia Nueva Capital de Comayagüela, cocina sus tortillas al fogón con leña que le costó seis lempiras la pieza, mientras que María López, que reside en la colonia Cascada, cocina con madera a un precio de ocho lempiras cada pieza.
Daniel Mejía, vendedor de leña de la colonia Australia, considera que el consumo de este producto se ha mantenido en los últimos años en la capital, pues se ahorra energía eléctrica o lo que puede costar un chimbo de gas.
“Las que más leña compran son las que hacen tortillas de maíz para vender porque no les daría ganancia cocinar solo con electricidad o gas LPG”, consideró el comerciante.
El entrevistado mencionó que en la actualidad la pieza de leña tanto de pino como de roble está costando el valor de ocho lempiras, “con la diferencia que la primera es de mayor tamaño”.
Por su parte, Víctor Fernández, jefe del aserradero Wood Mizer, localizado en el municipio de Guaimaca, considera que el consumo de este combustible en la cocina sigue siendo una alternativa para las personas, “a diario por lo menos se cargan unos tres a cuatro carros”, reveló.
Según el Instituto de Conservación Forestal (ICF) en el país se consume de siete a diez millones de metros cúbicos de leña anual, que significa 20 veces más de los que consume el sector industrial.
“La leña representa el 35% del consumo final de toda la energía que demanda el país en la parte primaria”, detalló Javier Gutiérrez, coordinador del Programa Nacional de Reforestación de ICF.
En tanto, el 40% de los hogares que consumen leña que revela el BEN, se refleja más en las dos ciudades importantes del país por tener la mayor densidad poblacional y negocios como polleras, rosquilleras y otros comercios similares.
Plan de manejo
Según Gutiérrez, los planes de manejo dan la facultad que después del aprovechamiento forestal, “los residuos puedan comercializarse o extraerse como producto secundario del bosque”.
Por otra parte, mencionó que para sacar un plan de manejo se toma en cuenta varios factores que incluye identificar el área y evaluar si esta tiene la capacidad de crecimiento y de regenerarse en un año, lo que se pueda cortar en ese mismo lapso, asimismo, que no haya fuentes de agua cercanas o que sea una zona declarada como conservación forestal.
Ante el alto consumo de leña en el país, el ICF trabaja en el establecimiento de sistemas agroforestales orientados al desarrollo de huertos leñeros comunitarios con plantaciones energéticas para producir leña de mayor calidad, con mejores características caloríficas de rápido crecimiento, de bajo costo y renovables.