Recuperar el ornato de puentes y edificios patrimoniales que han sido manchados con mensajes políticos e insultos es el reto que enfrentan las autoridades municipales.
Y es que el paso destructor de los participantes de cada manifestación -quienes rayan paredes, inmuebles y señales viales- envuelve la ciudad en un ambiente de pánico e inseguridad.
Ante esta realidad de zozobra plasmada en puentes, museos, parques y hasta iglesias que sirvieron como pizarra en la marcha del Día del Trabajo, las autoridades locales han iniciado las acciones de limpieza y pintura de infraestructuras.
Los primeros pininos para lograr el embellecimiento de la ciudad empezaron con la rehabilitación de algunos puentes de las ciudades gemelas.
Para el caso, los puentes de La Reforma y de la intersección de la avenida Jerez con el barrio El Manchén están siendo remozados con color amarillo.
A la fecha, siete puentes han sido liberados de las múltiples rayas plasmadas por los seguidores del expresidente Manuel Zelaya, quien afirmó recientemente que “las paredes han sido históricamente un lugar de expresión de los pueblos”.
Asimismo, la Catedral San Miguel Arcángel tuvo un retoque de pintura, horas después de la marcha, acción en la que se invirtió 5,000 lempiras.
Empero, las edificaciones más afectadas del centro histórico (la Casa Ramón Rosa, que alberga la Fundación para el Museo del Hombre Hondureño; el Congreso Nacional y la Galería Nacional de Arte) aún muestran las secuelas del vandalismo.
Ante la falta de presupuesto para liberar de grafitis estas obras monumentales, las autoridades municipales anunciaron ayer la conformación de alianzas con empresas de pintura a fin de lograr la meta.
Arturo Suárez, gerente del Centro Histórico, indicó que solicitan el auspicio de empresarios para recaudar los fondos que permitan comprar los materiales para remozar estos espacios.
Asimismo, el regidor municipal Julio Salgado confirmó la alianza con el propósito de dejar la ciudad libre de rayas y de mensajes groseros que han dejado las múltiples marchas después de la crisis política del 28 de junio de 2009.
La inversión para recuperar las fachadas dañadas de la ciudad supera los 15 millones de lempiras, estimó Suárez.
Última protesta
Solo el acto vandálico del 1 de Mayo -que plagó de rayas al menos 29 edificios- representa una inversión de un millón de lempiras. “La idea del alcalde es dejar a los capitalinos, al final de su gestión, una ciudad ordenada en todos los sentidos”, expresó el funcionario.
