TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Con más de 15 metros de altura los pinos lucen imponentes en las zonas boscosas que rodean el Distrito Central y sus alrededores, sin embargo, es la vegetación que más ha sido víctima de la tala inmisericorde en el municipio.
A la lista de este delito ambiental se suma el encino y el roble, como las maderas que más se codician para su corte ilegal.
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A pesar del confinamiento por la pandemia, el Instituto de Conservación Forestal (ICF) reporta que en lo que va del año se han decomisado 371 cargas de estas tres especies. Cada carga puede integrarse por unas 60 piezas.
Además, indica se han decomisado 12,216 pies tablares de madera, que es la medida utilizada para cada tabla.
Este producto ha sido retenido cerca de postas policiales en los sectores de El Tizatillo, Lepaterique y El Hatillo.
Marco Espinoza, jefe de la regional de Francisco Morazán del ICF, informó que hasta la fecha, 23 vehículos que trasladaban madera de forma ilegal han sido decomisados.
Para entregar el vehículo incautado el propietario debe realizar el pago de 20 lempiras por noche que permanezca la unidad en el estacionamiento. Hay quienes tardan años en finalizar el proceso judicial, por lo que hay casos en los que se pagan hasta 15 mil lempiras.
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El último reporte del ICF solo revela la recepción de diez denuncias, las cuales se atienden en conjunto con otros organismos responsables de proteger el bosque.
Entre los sectores más afectados por la tala se encuentran La Tigra, Mateo, Zambrano y los municipios de Valle de Ángeles y Lepaterique.
El ICF se encuentra en proceso de realizar un estudio para determinar la cantidad de bosque en la que se ha controlado la tala del bosque.
Entretanto, el titular de la Unidad de Gestión Ambiental de la Alcaldía Municipal, Jonathan Laínez, informó que entre las principales causas por las que se realiza la tala de manera ilegal en la zona urbana es porque los pobladores la utilizan de subsistencia y para construcción. Por ejemplo, en el Parque Nacional La Tigra no se reportan cortes a gran escala, pero con el paso de los años la tala ha ido afectando esta zona verde de la ciudad.
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Por su parte, Rufo Paredes, director ejecutivo de la Fundación Amigos de La Tigra (Amitigra), explicó que la mayoría de corte ilegal de árboles que se realiza en la zona es para uso social, en especial para cocinar y reparación o construcción de viviendas.
Y es que en la zona núcleo se registran al menos cien comunidades, de las cuales el 85 por ciento de los hogares utilizan madera para cocinar.
El director del Comando C9 de las FF AA, Juan Ramón Hernández, aseguró que más de 250 efectivos trabajan a diario en patrullajes para proteger el bosque. Además que se mantiene vigilancia nocturna en zonas como Lepaterique en las que se han tenido denuncias.
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