El frío invade la ciudad y los capitalinos se funden en abrazos y frases de cariño, es Navidad y llegó la hora de conocer la historia de Jesús.
Tomamos el autobús que nos llevará a Galilea, Belén y todas esas ciudades bíblicas, todas ellas reunidas en majestuosas obras de arte llamadas nacimientos, que cada año renuevan la fe y esperanza de los ciudadanos de un país más humano y justo.
Nuestra parada comienza en el centro de Tegucigalpa, donde la catedral abre sus puertas a estas estampas de fe y tradición.
Caminamos un poco y al fondo se puede observar una madre que cuida a su hijo y un padre que permanece a su lado. - ¿Quiénes son?, preguntan los presentes.
- Son María, José y su hijo Jesús, dice una señora mientras se persigna.
¡Es verdad! Están allí en un hermoso pesebre iluminado por la tenue luz de unos focos de colores, unas pequeñas casas adornan la ensenada y los reyes magos persiguen la estrella del norte.
Pero el tiempo transcurre y un fuerte viento sopla afuera, las campanas de la iglesia celebran y es hora de seguir nuestro camino.
Las ruedas del auto nos llevan al centro comercial Los Castaños, allí está Don Ferdinando Sánchez, quién con su creación nos relata los pasajes más emblemáticos sobre la vida de Jesucristo plasmados en la Biblia.
Nos acercamos y a nuestro encuentro salen los profetas Isaías, Jeremías, Miqueas y todos aquellos que vivieron antes que Jesús y anunciaron su llegada a la tierra.
A lo lejos varios poblados; Galilea, Cafarnaúm... y en un establo, de un lugar llamado Belén, en una cama de paja rodeada de animales se repite la escena del nacimiento de Jesús.
Pero en este pesebre podemos recorrer la vida del salvador del mundo desde su infancia hasta su pasión.
En la segunda estampa, varios años han pasado y un pequeño juega a ser carpintero, su madre cose mientras su padre serrucha madera.
Al dar unos pasos, otra imagen llama a la reflexión; se observa un ambiente festivo, la algarabía invade a los presentes. ¡Es Jesús!, gritan, y un hombre alto de unos 30 años aparece, muchos lo siguen y claman piedad para ser sanados.
Caminamos un poco más y a unos metros se observa una multitud.
- ¿Qué está pasando?
- ¿Por qué los soldados le dan de latigazos al mismo hombre que antes alababan?
Es una crucifixión, 33 años han pasado y aquel bebé que nació en Belén hoy es crucificado por los mismos que una vez lo llamarón “Señor”.
El evangelio fue resumido con maestría a lo largo del nacimiento creado por Sánchez.
Reflexión
Un silencio acaba con los llantos y es hora de subir al autobús.
Unos minutos más tarde llegamos a la colonia Mayab y en la plaza del Banco Hondureño del Café (Banhcafé), un bello regalo nos ha dejado el arquitecto Javier Cortez.
Nos aproximamos unos pasos y en una sala con vidrios claros se puede ver una historia plasmada entre montañas fabricadas de papel.
El tiempo se detiene y ya estamos viajando a través de los siglos.
Es una noche estrellada, unos pastores cuidan las ovejas, de nuevo Baltasar, Melchor y Gaspar buscan a un niño que mostrará al mundo la gloria de Dios.
De pronto un ser rodeado de luz se les aparece y les dice que “el hijo de Dios ha nacido en Belén”, que sigan la estrella del oriente que los llevará donde él se encuentra.
Obedecen la orden y rápidamente envuelven tres tesoros: oro, incienso y mirra.
Suben a sus camellos, cruzan el desierto y llegan a un pueblo llamado Belén.
En un establo, rodeado de vacas y animales de corral, está la representación de la Sagrada Familia.
Los tres hombres se arrodillan delante del niño y lo adoran porque dicen que es su salvador.
Un olor a incienso y mirra invade el ambiente, las aves de corral y los presentes glorifican el nacimiento del hijo de Dios.
Mientras, en las afueras del pesebre, varios ángeles rodean la cuna del que todos dicen es El Redentor del mundo.
Más allá de las montañas se divisa un palacio romano donde varios soldados vigilan.
Mientras que en el mercado de Galilea los comerciantes y los vendedores se intercambian las mercancías y así se refleja el acontecimiento más importante en la historia del cristianismo.
Gracias a la creatividad de Cortez, que año a año apuesta su talento para recrear una historia diferente, los capitalinos tienen un lugar que visitar en estas fiestas.
Este año su inspiración y talento se volcaron hacia la historia del nacimiento de Jesús.
Pero el trayecto no culmina aquí, a unas cuadras, en el Bulevar Juan Pablo II, en el Mall Multiplaza, nos espera don Fernando Martínez, un capitalino que lleva 51 años consecutivos de mantener la tradición de los nacimientos.
Hemos llegado al destino final, entramos al centro comercial, bajamos las gradas y caminamos unos pasos.
Además de la historia de Jesucristo, Martínez cuenta todo lo que sucedió en Honduras durante el año y, en ese sentido, centra su creación en el nacimiento de Jesús con una mezcla de nuestra realidad.
Esta es la ruta para visitar durante las fiestas navideñas, ya que gracias al ingenio y creatividad de estas personas los capitalinos pueden disfrutar de hermosas obras de arte que narran la historia del hombre que dividió en dos la historia, todo con el único objetivo de recordar a los capitalinos el verdadero significado de la Navidad: el nacimiento del Hijo de Dios.