Tegucigalpa

Signos de identidad de la Virgen de Suyapa

Hoy el pueblo catracho venera a su reina: Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Suyapa, cuya imagen se manifestó el 3 de febrero de 1747 en el cerro El Piligüín.

03.02.2014

Ella está envuelta de signos divinos y es el mismo Dios quien se ha valido no solamente de la mediación humana, sino también de la expresión artística para crearla.

El escultor que hace años la talló quiso significar en ella tanto la belleza externa, interna y eterna.

Esta es la esencia que envuelve a la Patrona de Honduras, quien tiene la belleza de una reina y la eternidad de una madre.

Su nombre completo es Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Suyapa, que significan los títulos que se otorgan a la santa patrona nacional.

Nuestra señora es su título de propiedad, de la Inmaculada Concepción declara su divinidad y su apellido de Suyapa destaca su procedencia.

Significados

En la venerada imagen de la Morena, de apenas 6.5 centímetros de dimensión, se guardan los signos de nuestra identidad nacional.

Primero, porque Suyapa es un nombre netamente criollo, hondureño, que proviene del vocablo “Coyapa” que significa “En aguas de las palmeras”.

Y segundo, porque la asisten 267 años de presencia continua en tierra catracha, tal como lo revela su hallazgo en el cerro El Piligüín, el 3 de febrero de 1747.
En ella los fieles hijos que se han abandonado con devoción, desde Alejandro Colindres y Lorenzo Martínez hasta la generación de nuestros días, ven el amparo maternal, los cuidados, protección y confianza.

“En la Virgen de Suyapa encontramos ese signo de protección, que da la confianza de una madre buena, que nos hace sentir orgullosos a los hondureños, precisamente por que es hondureña y con una presencia de 267 años”, explicó el sacerdote Víctor Ruiz, vicario del Santuario de Suyapa.

Quien ve a la Morena más guapa de Honduras jamás la olvida, no por los favores que concede a quienes se acogen a su amparo maternal, sino porque su presencia es un destello de elegancia, majestad y dignidad que transmite devoción y espiritualidad.

Hablando propiamente de sus rasgos, en ella se advierte la nobleza de la raza indígena. Es morena, y debido al color de su piel sus devotos la nombran con cariño la Morenita o la Virgencita Morena.

Su rostro es ovalado, de mejillas redondeadas, y con una cabellera lacia que le llega hasta los hombros.

Sus ojos oscuros no pueden ocultar que están llenos de infinita piedad y la mirada puesta al frente expresa sublime amor y confianza.

Sus casi diminutas manos se mantienen unidas, en actitud suplicante y orante, como un signo de su acción mediadora ante Dios con la continua oración por sus hijos. Así ella cumple con su misión evangelizadora de transmitir la buena noticia.

“Esperamos que los devotos pidan a la patrona por Honduras, por el país, todos los proyectos, ilusiones, necesidades y todas las inquietudes que tengamos y que el nuevo gobierno dé paz, oportunidades y esperanzas”, apuntó el presbítero.

La Virgen de Suyapa está rodeada de su resplandor, con estrellas y su corona que podrían significar no solo precisamente su majestad de reina, de Señora, sino de divinidad.

Las 12 estrellas que la rodean representan a los 12 apóstoles, 12 tribus de Israel que es el pueblo elegido de Dios, y a la reina coronada de la que habla el libro del Apocalipsis.

La corona sobre la cabeza de la Morena viene a realzar su real majestad, ya que está constituida como reina y patrona del pueblo hondureño. Ese significado va en relación con la divinidad, con el pueblo elegido, con los hijos de Dios.

“La corona sobre la cabeza realza su majestad y su realeza, una joven hija de Israel, pobre y humilde mujer y al mismo tiempo grande por su riqueza espiritual”, declaró Ruiz.

En su ropaje se encierran los colores de la tradición: el rosa pálido y el azul, y sobre el vestido un manto de protección, con el que protege a sus hijos de toda Honduras.

También en la vestimenta pueden encontrarse otros adornos como flores, pedrería, los que se han adherido para destacar su belleza.

Respecto al camarín de la Virgen, este es el lugar idóneo y sagrado construido especialmente para ella.

De fina madera, adornado con detalles elegantes, sobrios, forrados en laminilla de oro, forjado en hierro blindado, con cristales irrompibles.

Dentro del mismo se guarda el más preciado de los tesoros, del patrimonio cultural y religioso: la venerada imagen de la Virgen de Suyapa.

Veneración mariana

En 1925 el papa Pío XII a través de una bula -documento sellado con plomo-,declaró a la Morenita como la Patrona del Honduras bajo los títulos de

Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Suyapa.

En su visita primera y única a tierra hondureña, el 8 de marzo de 1983, el Papa Juan Pablo II ratificó la bula.

En esa ocasión el mensajero de la paz manifestó: “El nombre de la Virgen María de Suyapa tiene sabor de misericordia por parte de María y de reconocimiento de sus favores por parte del pueblo hondureño”.

Es por ello en que en cuanto a la veneración a la Morenita existe este decreto de la Santa Sede en honor a la Patrona de Honduras.

“Según copia del decreto se aprobó un oficio solemne cada 3 de febrero para toda Honduras. Es así como en todo el país donde hay iglesias católicas debe celebrarse esta fecha de forma solemne”, declaró Carlo Magno Núñez, canciller de la Arquidiócesis de Tegucigalpa.

Hoy 3 de febrero, hasta el último rincón del país estará de fiesta, y en el Santuario, la madre de ojos oscuros donde se advierte la infinita piedad, acogerá a sus hijos peregrinos para recibir su gratitud y brindarles amparo maternal.

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