La falta de medicamentos y el déficit de atención en los principales centros de salud y hospitales públicos de la capital dejan a muchos ciudadanos condenados a regresar a sus hogares sin una cura a sus males.
Conscientes de esta realidad y con un objetivo claro de fundar un hospital cristiano que ayude a recuperar la salud a los pobres se ha inaugurado la clínica Samaritana.
El centro médico es dirigido por la destacada neuróloga Reyna Durón, Juan Carlos Argeñal y Glenda Oliva, como un servicio social para llenar los vacíos en salud que existen en la capital.
La doctora Oliva explicó que la clínica operaba desde el 2011 en el Centro Médico Lucas, como un programa piloto de responsabilidad social, pero debido a su crecimiento decidieron instalar su propio local.
“Hace un mes la clínica se ubica en el bulevar Suyapa frente al hospital Materno Infantil y atendemos un promedio de unos 100 pacientes de escasos recursos”, detalló.
El centro médico ofrece servicios de neurología, pediatría, medicina general, cirugía pediátrica y descuentos de hasta un 50 por ciento en exámenes de laboratorio, en centros cooperantes.
Aunque el costo establecido de las consultas está estipulado en 290 lempiras en medicina general y 390 en neurología, si el paciente es de escasos recursos, gracias a un programa de apadrinamiento solo se les pide una contribución de acuerdo a sus posibilidades.
“Las personas humildes se afilian por medio de un carnet que tiene un costo de 35 lempiras, dinero que ayuda a sufragar los gastos de alquiler de local y servicios básicos”, explicó la galena.
Todos los médicos que laboran en la clínica donan su tiempo de servicio en un horario de 8:00 de la mañana a 12:00 del mediodía y cobran montos simbólicos a los pacientes como ofrenda para sostenerla.
Los médicos se han ganado el cariño y respeto de sus pacientes. Marco Tulio Rodríguez asegura que él acude a consulta en el centro samaritano porque además de ser barato, los médicos brindan una atención de calidad.
Labor social
Además de brindar atención médica, la clínica opera como una fundación que gestiona la donación de medicamentos para los diferentes centros de salud y hospitales de la capital.
De acuerdo a los cálculos de los galenos, con la colaboración de la Asociación de Pastores y la Fundación Lucas han logrado donar cargamentos de fármacos valorados en 2 millones de lempiras, desde el 2011.
Además los pacientes de los hospitales psiquiátricos con solo presentar su receta de medicinas necrológicas las reciben de forma gratuita.
Y se brinda asistencia a niños y jóvenes en riesgo social de los centros Manuelito, Corderitos y Miqueas.
Pero la visión de este grupo de galenos solidarios está en fundar un hospital al servicio de los menos favorecidos.