TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La crisis sanitaria global generó un cambio dramático en la venta en línea y, en su defecto, actuó como semillero de nuevas ideas de negocio.
No obstante, con el aumento de los costos de publicidad, las altas expectativas de los clientes y un mayor enfoque en la sostenibilidad de la entrega, el panorama competitivo se está volviendo cada vez más difícil de navegar.
Más allá del sentido común afinado y un negocio conceptual viable, ¿cuáles son los errores más comunes al intentar vender en línea?
Por ejemplo, tener las estrategias de redes sociales correctas puede ser una excelente manera para que una empresa interactúe con su mercado objetivo, pero los malos esfuerzos en estas plataformas pueden ahuyentar a los clientes potenciales con la misma facilidad. Uno de los errores más peligrosos que puedes cometer es ser demasiado promocional.
El marketing en redes sociales le permite interactuar y conversar con sus clientes de una manera significativa. No es una forma más de vender tus productos o promocionar tu marca.
Claro, sutilmente, la construcción de marca está implícita en la esencia misma del marketing y su presencia en las redes sociales sin duda mejorará la percepción y el valor de su marca si se lleva a cabo con destreza.
Del mismo modo, “asegúrese de crear estrategias focalizadas”, introduce Roger Rodríguez, consultor de servicio al cliente.
“Actualmente las personas inician un negocio en línea (entiéndase con una página web, por medio de Facebook, Instagram, etc.) y colocan el mismo contenido en cada plataforma, sin modificarlo o adaptarlo a los lineamientos de cada red. Si usted, por ejemplo, coloca un catálogo de productos en Facebook, y en las publicaciones realizadas al pie de las fotos, como descripción coloca el CTA (llamado a la acción), deberá tener el especial cuidado de no colocar el mismo en Instagram. La manera de interactuar con los usuarios es totalmente distinta, una es más visual (videos, publicaciones rápidas que requieren de ir a la descripción para tener contexto o pretexto) y la otra es totalmente descriptiva con una fotografía”, añade.
A esto se suma no tener un buyer persona definido. “No es lo mismo vender un mismo producto de uso general para un médico, que para un policía, arquitecto, ama de casa, etc. El primero normalmente está enfocado en su día a día, en un paciente al que le presta atención; los demás disponen de tiempo más a la medida para recibir la compra del producto en horas más flexibles. Esto debe tomarse en cuenta para la satisfacción total de un cliente”, apunta.
Otro error común y altamente dañino es no comprender costos y utilidad. De acuerdo con Rodríguez, “ocasionalmente encontramos productos y colocamos precios de venta basados más en nuestra percepción del valor de adquisición, y en otros casos hay quienes establecen precios basados en los precios de la competencia.
Ambos casos aislados son fatales para los números de nuestros negocios en línea. Pero al unirlos, entenderemos que podemos vender más y mejor, investigando el precio en el mercado, y comparando con nuestros costos para tener una ganancia aceptable y la satisfacción de los clientes al dedillo”, apunta.
Finalmente, están las malas alianzas con empresas de delivery. “Los costos se cuidan para no incrementar los precios, pero a veces nos asociamos con los más baratos sin antes saber la calidad de entrega y del tiempo”, concluye.