Tegucigalpa, Honduras
Imagine que ha sido seleccionado para optar al trabajo de sus sueños. Ahora, visualice la siguiente escena: después de acceder a la oficina de entrevistas, el reclutador le invita a tomar asiento y acto seguido le pregunta, en tono protocolario: “¿jura decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad?”. Antes de responder e intentar autoengañarse, tómese el tiempo de concluir este artículo.
A criterio de Jorge Luis Mejía, gerente general y fundador del Centro de Crecimiento de Recursos Humanos (Crecerh), mentir a un interlocutor -que por práctica ha desarrollado un instinto tenaz para evaluar a la gente con solo verla- es dar por perdida una oportunidad. “Cuando se realiza una entrevista se asume que el candidato es honesto y lo único que quiere es encontrar la oportunidad correcta, pero cuando no es así e intenta exagerar o de plano mentir en su hoja de vida, ciertas señales concentradas en el lenguaje corporal y verbal lo delatan”, explica Mejía.
Mentiras frecuentes
Con base en su experiencia, el especialista señala que la alteración de los años laborales, la formación académica manipulada, engaños en la salida de trabajos anteriores e incluso habilidades en idiomas que no se manejan, son las mentiras más comunes entre aspirantes.
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Claves que rastrean a un mentiroso
Partiendo de la gesticulación, “el movimiento constante de los dedos o pies, la mirada perdida o evitar el contacto visual continuo en las preguntas importantes puede significar que un candidato no esté seguro sobre sus respuestas”, apunta. Otro indicativo “involuntario” es el silencio duradero tras una pregunta.
“La postura importa mucho. Un aspirante con brazos o piernas cruzados en medio de una entrevista laboral puede indicar que está incómodo o no se siente del todo seguro de lo que está respondiendo”, afirma. Aquí es importante que aprenda a controlar los nervios y hacer de la naturalidad su “armadura”.
En cuanto al lenguaje verbal, que según el experto representa el 40% del éxito de una entrevista, las respuestas vagas e incongruentes no solo son señales de que el candidato no se preparó, sino que pueden indicarle que no está diciendo toda la verdad.
Por ejemplo, “señal de que un candidato está exagerando sus competencias y adulterando su experiencia en ‘x’ área, es cuando no tiene certificados académicos y solo los colocó en su hoja de vida para rellenar en el momento. Se debe tener la certeza de hablar a cabalidad con fechas, datos y evidencia en relación al puesto que esté optando”, señala.
Por otro lado, un candidato que no utilice jerga de la industria puede estar exagerando.
“En una entrevista laboral no es bien visto que exista ningún tipo de mentira superficial o profunda, da a entender que el candidato realmente quiere manipular la situación y aprovecharse de la oportunidad que se le pueda brindar”, concluye