TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Pocas disyuntivas son más polémicas en el mundo automotriz que esta: lavar o no lavar con agua a presión el motor de su vehículo. Lo que no se discute es que entre más use su automóvil, más polvo, tierra y suciedad se irá acumulando en el compartimento del motor y llegará el momento en que no tendrá otra alternativa más que limpiarlo.
¿Cuál es la mejor forma de hacerlo? ¿Debe usar manguera y agua a presión? Y si lo hace así, ¿qué precauciones se recomienda tomar? Con los siguientes consejos podrá tomar la mejor decisión para dejar su motor prístino sin dañar ninguno de sus componentes:
Prevenir es mejor que curar
La mejor costumbre en cuanto a limpieza de motores es evitar que la suciedad se acumule por semanas, meses o, peor aún, años.
Aunque requiere autodisciplina y organización, el protocolo más recomendado es levantar el capó de su vehículo cada una o dos semanas como mínimo y limpiar usted mismo con un trapo húmedo las partes que se han empolvado, evitando así que la suciedad vaya acumulándose semana tras semana.
Puede llevar a cabo esta rutina de limpieza preventiva cada vez que revisa los niveles de lubricante y refrigerante de su automotor, quizá temprano en alguna mañana de fin de semana. Esto le ayudará además a descubrir a tiempo alguna fuga de aceite, que además de poner en peligro los componentes de su motor, es la principal causa de la acumulación de sucio externo en sus componentes.
Use líquidos o aerosoles desengrasantes
Si la suciedad del motor no sale fácilmente, algunos productos ED (engine degreasers) suelen ser perfectos para limpiarlo y eliminar los residuos de aceite y muchos son biodegradables.
Use guantes y aplíquelos preferiblemente en frío para que el químico no se seque al instante y luego use un trapo para aflojar el sucio y quizá un cepillo dental para las manchas más rebeldes, quitando así los desechos junto con el desengrasante.
Puede usar un poco de agua para eliminar el desengrasante pero con moderación y extremo cuidado, cubriendo de antemano el alternador, tomas de aire, cableado eléctrico, bujías, computadora y componentes de iluminación. De preferencia no use una manguera porque puede dañar algún componente eléctrico. Y si no está seguro de lo que hará, deje este cometido a su mecánico de confianza o un experto en limpieza automotriz.
No descuide las cubiertas metálicas y plásticas.
Lamentablemente es tan común y a la vez nada profesional que mecánicos displicentes no restituyan en su puesto correcto las cubiertas que van debajo, a los lados, en pasos de rueda y sobre el motor cuando trabajan en alguna reparación de su vehículo.
Los fabricantes colocan todos esos protectores con una justa razón: aerodinámica, proteger a su motor de golpes, suciedad y humedad que fácilmente entrarían al compartimento motriz sin estas cubiertas o si los sujetadores plásticos y tornillos se pierden o se rompen.
Asegúrese que después de cada intervención su mecánico restituya minuciosamente cada cubierta y cada sujetador o tornillo que proteje su motor para evitar problemas a posteriori. Es su derecho.
¿Ir a un mecánico?
Tenga cuidado con los establecimientos de lavado de autos que prometen lavar con agua a presión y vapor el motor de su vehículo. Y si usted lo desea realizar pero no está seguro de lo que hará, mejor deje esta labor a su mecánico de confianza pues de no hacerlo correctamente, puede resultar contraproducente.