TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Aunque poco se haya detenido a analizar al respecto, la música juega un rol fundamental en el desarrollo integral de los niños. Se trata de un lenguaje universal, heterogéneo y asincrónico; por tanto, una excelente herramienta a aprovechar.
+Clic aquí para registrarse en El Heraldo
En las etapas de la infancia y la niñez, los expertos sugieren fomentar la exploración de sonidos, cantar y hacer música. Estudios han demostrado que tanto los padres y maestros deberían utilizarla como vehículo para transmitir cualquier tipo de aprendizaje de forma lúdica.
Esta contribuye a desarrollar diversas habilidades, actitudes, aptitudes y capacidades en el niño que le permitirán desenvolverse con mayor soltura. Influye en el desarrollo psicomotor, equilibrio, motricidad fina y gruesa, relajación y respiración. También en el desarrollo afectivo, por medio de la gestión de emociones.
Conexión
El gusto entre padres e hijos mientras comparten momentos musicales refuerza sus lazos, lo que servirá para las relaciones que el niño mantendrá durante toda su vida. Establecerlo se da naturalmente; desde que los adultos hablan a sus bebés, adaptan la voz para hacerla más musical.
También juega un papel muy importante en la implementación de rutinas. Cantarle a su hijo la misma canción todas las noches antes de llevarlo a acostarse se convierte en parte de la transición entre estar despierto y dormir.
Y mientras se expresan, los niños pueden desahogar su enojo, demostrar alegría y otros estados de ánimo. Por supuesto, las referencias que tengan a su alcance son importantes puntos de partida que los orientarán. Cuide la elección de contenidos. Las canciones infantiles son de las mejores herramientas a aprovechar para formar la mente de los más pequeños.
Otros beneficios
El ritmo de las canciones favorece a la educación auditiva, la expresión, la imaginación y la creatividad de los niños. Paralelamente, beneficia al desarrollo de la sensibilidad y de la atención de los pequeños. Además, tiene estas otras cualidades:
Potenciadora. La música favorece al niño o niña el aprender otros idiomas, así como también en las matemáticas, potenciando su memoria. Ayuda a ordenar y organizar sus esquemas mentales.
Facilitadora. Se refuerzan las capacidades cognitivas. Al recibir estímulos a través de la música, el cerebro va desarrollando más neuronas, lo que facilita el aprendizaje de nuevas cosas.
Afianzadora. Fomenta el equilibrio entre el desarrollo emocional, ayuda en la sociabilización de los alumnos y el respeto por los gustos ajenos. Desarrolla un fuerte vínculo afectivo.
Sanadora. La música calmada y tranquila mejora el estado de ánimo. Mediante la respiración, permite a su niño relajarse y le ayuda a curarse físicamente. Tiene el efecto de aliviar el dolor.
