Tecnología

Fomo, el mal de la tecnología

Aunque este síndrome aún no se clasifica como enfermedad real por la medicina, genera trastornos de ansiedad y dependencia. Aquí las causas, síntomas y cómo manejarlo para que no afecte su vida

11.12.2017

Tegucigalpa, Honduras
Ante la incertidumbre política que enfrentamos colmada de información, noticias falsas, viralización de imágenes y videos, dejar a un lado el dispositivo móvil o las redes sociales nos resulta una acción casi impensada.

En este contexto, la era digital aún desligada de un problema sociopolítico nos induce a ser dependientes. Buscamos y deseamos enterarnos en segundos de lo que ocurre, de lo que hacen nuestros familiares, amigos y conocidos, como si nada pudiese escapar de las “fauces” de la red.

Y esa idea de que podemos acceder al mundo a través de un clic ha hecho del Internet un arma de doble filo que da lugar a trastornos de ansiedad y adicciones que no solo afectan a nativos digitales, sino a la gran mayoría con acceso a red, según Issis Romero, especialista en psicología clínica.

¿Qué es el FOMO?
A uno de los estragos de la inmediatez se le denomina FOMO (fear of missing out, en español “miedo a perderse algo”), que se puede definir como un estado de estrés mental y emocional causado por el temor a perder información, a quedarse fuera de un evento y a no saber lo que está pasando. El miedo, en definitiva, a la exclusión digital.

Foto: El Heraldo

Se necesita autocuidado para controlar y reducir los efectos del FOMO.

“El FOMO no solamente se manifiesta en la conducta o compulsión social que genera, no se limita a la imperiosa necesidad de no perderse ningún evento con la idea de que algo extraordinario puede pasar y no se perdonaría no estar presente para ser testigo o para vivir esa experiencia. El FOMO trasciende de la vida real a las redes sociales y se convierte en nomofobia, donde podemos ver la dependencia al celular, a estar constantemente conectados, a pertenecer a los grupos o últimas tendencias de redes sociales. Si hay algo que genera estrés a estas personas es el hecho de imaginar quedarse sin carga o sin señal de Internet”, explica Romero.

Si bien las tecnologías han cambiado en sobremanera la forma en que vivimos y el cómo nos comportamos, el simple uso diario del smartphone se liga al insomnio, altos niveles de estrés, dificultad de convivencia y a la nomofobia (miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil).

“Todas estas conductas pueden derivarse en adicciones que alteran no solo la calidad de vida de quien está inmerso en esta adicción, sino también en su entorno social, laboral y familiar”, afirma.

¿Cómo saber si sufro FOMO?
Entre los principales síntomas está sentirse desplazado o con ansiedad en caso de olvidarse el smartphone. Comprobar Facebook cada cierto tiempo, por ejemplo cada 30 minutos, y si se deja de hacer lo invade una sensación de perderse la diversión o la realidad de lo que pasa en sus círculos. En resumen, el uso desmedido del celular y las redes sociales.

¿Cómo manejar el FOMO?
La especialista sugiere establecer prioridades de vida (familia, trabajo, finanzas, vida social). Realizar un autoanálisis, crear límites de visita a redes sociales así como regular la información e imágenes que comparte. Mejore su estilo de vida, realice ejercicio o actividades al aire libre que le permitan relajarse y reducir la ansiedad. “Recuerde que la ansiedad es incertidumbre por eventos que aún no ocurren”, afirmó.