El exsecretario general de la Conmebol José Luis Meiszner se entregó el miércoles ante el juzgado que tramita su extradición a los Estados Unidos dentro del marco del escándalo por corrupción que envuelve a la FIFA.
El abogado de Meiszner, Luis Daer, declaró que intentará que Meiszner cumpla prisión domiciliaria hasta tanto el Poder Judicial defina si será extraditado a Nueva York, donde se tramita la causa principal.
'Sufre problemas cardíacos. Además, tiene un cuadro de depresión por la situación que está viviendo', destacó el abogado Daer en rueda de prensa.
Meiszner renunció a su cargo en la Conmebol días antes que el Departamento de Justicia estadounidense anunciara el jueves una segunda tanda de acusaciones contra dirigentes del fútbol latinoamericano por aceptar sobornos de compañías dedicadas al marketing deportivo.
El expresidente del club Quilmes, cuyo estadio lleva su nombre, era una de las personas de mayor confianza de Julio Grondona, por muchos años presidente de la Asociación del Fútbol Argentino y vicepresidente de la FIFA. Grondona falleció en julio de 2014.
Otro argentino que busca la justicia es el también ex secretario general de la Conmebol Eduardo Deluca, quien Meiszner sucedió en ese cargo.
También están involucrados en el escándalo FIFA los empresarios locales Hugo y Mariano Jinkis, que fueron excarcelados en la Argentina, y Alejandro Burzaco, quien cumple arresto domiciliario en los Estados Unidos.
El escándalo derivó en el arresto de los tres últimos presidentes de la Conmebol, entre ellos el último, el paraguayo Juan Angel Napout, quien el martes aceptó extraditado a los Estados Unidos.
Otros dos expresidentes de la Conmebol, el uruguayo Eugenio Figueredo y el paraguayo Nicolás Leoz, están acusados desde mayo por las autoridades estadounidenses. Ambos resisten solicitudes de extradición, el primero desde Suiza y el segundo desde un arresto domiciliario en Paraguay.