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Protagonistas definen al Estadio Azteca: 'Es un escenario impresionante”

Belarmino, Juan Flores, Membreño, Clavasquín y Muma recuerdan sus experiencias en el coloso; “antes pensábamos que ir al Azteca era recibir 8 o 9 goles”

06.09.2016

Tegucigalpa, Honduras
Por más que se haya roto el mito del Azteca en 2013, para nadie es un secreto que el Coloso de Santa úrsula es uno de los estadios de América que más hacen sentir su localía a nivel de eliminatorias mundialistas...

“Es un estadio muy impresionante, no es cualquier escenario y no es cualquier selección que va a ganar al Azteca”, apunta Belarmino Rivera, el exportero de Honduras que estuvo en el primer encuentro de la H ante México en el Azteca: 0-3 en 1993. Nino no tiene reparos en afirmar que “fue el estadio más imponente en el que me tocó jugar” y ese criterio es compartido por varios colegas.

Algo impresionante...
“Es uno de los inmuebles más imponentes que me tocó pisar; es un estadio mítico y difícilmente se encuentran campos en el mundo con esa capacidad”, confiesa Reinaldo Clavasquín, el exdefensa central que estuvo en el 0-3 de la hexagonal de 2001.

A su misma voz se une el exlateral izquierdo en el 1-3 de 1996, Nerlin Membreño: “Es imponente por su estructura, la gente y por ser una cancha grande”. Su tamaño, su historia y la altura lo hacen un escenario que impresiona a más de uno.

“Sentía presión. Había como 120 mil personas y me acuerdo que estábamos calentando, llegó un señor con una enorme bandera de México y empezaron a hacer la clásica porra de ‘México, México’. Fue algo muy impresionante”, cuenta Rivera, el hombre que sufrió las secuelas de la altura. Quedar inconsciente por algunos minutos en aquel partido de hace 23 años fue la mejor muestra de que el tema de la altura no es un mito, sino una realidad innegable.

“Ese factor sí que a uno le termina afectando”, confiesa Membreño. Que México solo haya perdido dos partidos eliminatorios ahí (1-2 ante Costa Rica y Honduras) sintetizan la complejidad de ese inmueble deportivo.

“Es una motivación jugar en ese estadio, por el historial que tiene. Yo ya había jugado muchas veces ahí, pero me imagino que los que van por primera vez sí sienten bastante nerviosismo”, cuenta Juan Flores, delantero que anotó allí con el mexicano Santos y que estuvo en aquel 3-1 de inicios de los 90.

“Llegó la convicción”
Pero esos valladares se pueden superar y, si no, hay que preguntarle a Víctor Bernárdez: uno de los protagonistas del aztecazo de 2013.

“Recuerdo la desconfianza de los jugadores mexicanos: nosotros vimos la alineación y cuando estábamos calentando los volteábamos a ver y entendíamos que era ese día el que teníamos que ganarles sí o sí”, apunta Muma al rememorar aquel inolvidable 2-1 en Ciudad de México.

Ese día se rompió la historia en dos. “Fuimos al Mundial con el aztecazo, algo histórico. Antes pensábamos que ir al Azteca era recibir 8 o 9 goles, pero ese día llegó la convicción de que era el de nosotros”, cuenta VB.
Desde Belarmino y Juan hasta la Muma, todos ellos saben lo que es jugar en uno de los escenarios deportivos más importantes del mundo.

“En realidad quienes marcan la diferencia son los jugadores. Después del aztecazo, se puede ir con más confianza”, cierra con tono optimista Reinaldo Clavasquín.

Jugaron en el Azteca:

Foto: El Heraldo