TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Después de un trágico año para los hondureños, marcado por los efectos negativos de la pandemia del covid-19 y las devastadoras tormentas Eta y Iota, la esperanza es que el país retome la senda de la recuperación económica.
No obstante, si se le pregunta a los hondureños, incluso a los niños de primaria, sobre el cierre de la economía en 2020 seguro dirían lo mala que fue la situación. De igual forma al preguntar sobre la economía antes de la pandemia, la respuesta sigue siendo igual.
¿Pero qué expectativas se tienen para el 2021?
Para poder responder esta interrogante es necesario analizar el panorama económico previo a la pandemia, el efecto de la pandemia y las acciones llevadas a cabo para mitigar el impacto, explican analistas consultados por EL HERALDO.
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Para entender cuál era la situación del país en la etapa prepandemia, se puede echar un vistazo a algunos datos macro registrados al cierre de 2019. Por ejemplo, antes de la pandemia, el Producto Interno Bruto (PIB) creció solo un 2.7%.
En tanto, la deuda pública cerró en 12,149 millones de dólares (cerca de 292,800 millones de lempiras al cambio actual de L 24.10 por dólar), equivalente al 48% del PIB.
Entre los indicadores sociales, el índice de pobreza total era de 59.3%, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). En tanto la Tasa de Desempleo Abierto (TDA) era de 5.7% y la de subempleo superaba el 50%, que equivalen a cerca de 2.5 millones de personas con problemas de empleo en Honduras, según la Secretaría de Trabajo y Seguridad Social (STSS). Además, la migración iba en aumento con la formación de caravanas hacia Estados Unidos de América, entre otros indicadores deprimidos como la baja calidad de los servicios de salud y educación.
“Desde 2017 la economía presentaba una desaceleración económica, la pandemia y las tormentas vinieron a profundizar la crisis que teníamos desde antes”, recordó el economista Claudio Salgado.
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La crisis del 2020
Pese a que los indicadores no eran los mejores el año anterior, al menos se mantenían y el aparato productivo estaba intacto. Sin embargo, el 2020 dejó una profunda crisis económica y social. A raíz de la pandemia, se cerró la mayoría de las empresas totalmente cerca de cinco meses, lo que generó el cierre definitivo del 10% de los negocios y unos 500,000 trabajadores afectados con suspensiones temporales o despidos, según el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep).
Adicionalmente las tormentas impactaron en el aparato productivo. De acuerdo con el informe de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), el impacto económico de ambas problemáticas superó los 100,000 millones de lempiras, de los que 45,000 millones fueron por los efectos de Eta y Iota.
9.5%se habría contraídola economía hondureña durante 2020, según el BCH. |
Lo anterior se traduce en una caída de 9.5% del PIB en 2020. Por otra parte, en el tema fiscal se disparó la deuda a 13,425 millones de dólares, un aumento de 1,200 millones solo en el primer semestre del 2020, de acuerdo con la Secretaría de Finanzas (Sefin), por lo que el déficit fiscal subió a -6.2%.
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Por otra parte, el desempleo abierto se elevó a 13% y empeoró el subempleo y la pobreza, según estimaciones oficiales y del sector privado.
También hubo retroceso en educación y una presión fuerte sobre el sector salud.
A pesar de la severa crisis, el país tuvo algunos resultados que beneficiaron la economía como el aumento en el valor de las exportaciones y el ingreso de las remesas que sostienen a una importante cantidad de familias hondureñas.
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Las expectativas
A criterio de los empresarios, economistas y representantes de los sectores sociales, no se trata de ser pesimistas u optimistas, sino realistas para enfrentar la situación actual y los enormes desafíos que le esperan a Honduras este año y los venideros.
La estimación del Banco Central de Honduras (BCH) es que para 2021 la economía crecerá entre 3.5% a 4.5%, aunque recuperar los niveles de producción y crecimiento sostenido puede tardar unos tres años, según Wilfredo Cerrato, presidente de esa institución pública.
Para la economista Liliana Castillo, ante el panorama actual, es difícil que se cumpla con esa meta de crecimiento estimada por las autoridades.
Impacto
L 100 mil millones fue el impacto de la pandemia y las tormentas en el 2020.
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“La recuperación económica será lenta, lo más probable es que se tenga un crecimiento del PIB entre 1% y 2%, ojalá que los recursos que se obtengan se inviertan en forma eficiente y transparente, con una rendición de cuentas que sea efectiva y oportuna”, comentó Castillo.
Debido a la magnitud de la crisis, los análisis econométricos realizados por algunos expertos indican que Honduras puede retomar el punto de partida que tenía al iniciar el 2020, en el mejor de los casos, para el 2024. En concreto indican que en 2021 Honduras no recuperará su nivel de riqueza productiva que tenía en la prepandemia porque se habrá perdido cerca de 12.8% del PIB no acumulado sobre los próximos tres años.
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Este 2021 sí puede ser el año de inicio, el punto de partida hacia la recuperación económica y reconstrucción del país, pero para ello se requiere el esfuerzo de todos han advertido los empresarios, los funcionarios y los economistas hondureños.
La voluntad política y la disposición de los sectores es fundamental, de lo contrario se corre el riesgo de que la crisis se alargue y no se logre un plan integral para la recuperación.
Otro de los riesgos es que el año 2021 es un año político, es posible que no haya acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las cláusulas de la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF) han sido activadas utilizando como argumento la pandemia, consideran los entrevistados.
Afirman que existe mucha preocupación en vista de que 2021 será un año político y ha sucedido, aunque no debería, que en años electorales destinan gran cantidad de recursos del presupuesto para este tema en vez de utilizarlos en obras que generen empleos para mitigar los niveles elevados de pobreza, desigualdad e inseguridad ciudadana.
Es de recordar que la estabilidad política al igual que la seguridad jurídica y ciudadana, así como la corrupción y falta de transparencia son de los factores en los que Honduras tiene una baja calificación en el ranking del Doing Business o clima para hacer negocios, que le urge al país para atraer inversiones y promover el desarrollo económico y social. Entonces, tal vez este 2021 no sea el año para una total recuperación, pero puede ser el inicio. Solo depende la voluntad y el amor por Honduras que tengan todos los sectores.
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