TEGUCIGALPA, HONDURAS-. La temporada de cosecha del café en Honduras es un periodo crucial que no solo impulsa la economía del país, sino que también brinda oportunidades de empleo a miles de personas en las regiones cafetaleras. Sin embargo, aunque el sector enfrenta desafíos, como la migración hacia áreas urbanas, el trabajo en las fincas cafetaleras sigue siendo el sustento para muchas familias hondureñas.
Con una mano de obra que ha disminuido en los últimos años, la cosecha de café se convierte en un desafío logístico para los productores. Los procesos que involucran el corte, beneficiado húmedo, beneficiado seco y transporte requieren de la labor minuciosa de miles de trabajadores, según el Instituto Hondureño del Café (IHCAFE) la producción de café en el país genera alrededor un millón de empleos.
Mano de obra
Carlos Amaya, un joven caficultor y cuarta generación de una familia productora de café, destaca la importancia del trabajo de los corteros en la trazabilidad del café desde su recolección, no obstante, Amaya expresa preocupación por la escasez de corteros experimentada en los últimos tres años, lo que obliga a los productores a buscar mano de obra en comunidades lejanas a las fincas, esta situación ha resultado en un aumento significativo de los costos de producción del café.
Para personas como doña María, quien ha dedicado más de 25 años a la recolección de café, trabajar en las fincas cafetaleras es más que un empleo, es una forma de vida. A pesar de las dificultades, doña María expresa su amor por el trabajo y el compromiso con la recolección del café, que no solo ayuda a sostener su hogar, sino que también enriquece su vida.
Inicio del proceso del beneficiado
La recolección del fruto de café marca el inicio del proceso del beneficiado y su calidad esta estrechamente ligada a las practicas agronómicas y la disponibilidad de mano de obra. A pesar del avance de la tecnología, la labor de los corteros sigue siendo fundamental durante la temporada de cosecha, lo que genera preocupación tanto entre los productores como las autoridades ante la escasez de mano de obra en este sector vital de la economía hondureña.
En última instancia, la industria cafetalera no solo es un motor económico para Honduras, sino que también representa, una importante fuente de empleo para miles de personas. A pesar de los desafíos, el compromiso y la dedicación de los trabajadores en las fincas cafetaleras siguen siendo la columna vertebral de esta industria que perdura a través de generaciones.
”En los últimos años la mano de obra ha sido escasa debido a varios factores sociales, entre ellos, la migración, al ser zonas rurales y con pocas oportunidades de empleo, ya que, la temporada de corte es por unos cuantos meses, los corteros se ven obligados a migrar de las zonas cafetaleras”. Expresó un pequeño productor de café.