TEGUCIGALPA, HONDURAS-. La familia productora de café Grau Doblado, conformada por ocho hijos (cuatro hombres y cuatro mujeres), son los dueños de la Finca Pozo Negro desde hace tres generaciones, ubicada en Masaguara, departamento de Intibucá, Honduras.
Como productores, han enfrentado muchos retos en la cadena de café, entre ellos, los bajos precios del mercado; en particular, los precios de cafés convencionales que apenas permiten cubrir los costos de producción, obligándolos a buscar alternativas para la generación de mayores ingresos.
En el 2010, la familia conoció a Café Ragá, socio de Agronegocios Sostenibles, una empresa que presta servicios a las familias productores de café para mejorar la calidad de su café, y por ende, su acceso al mercado internacional.
La facilitación de capacitaciones técnicas a través de su programa de cafés especiales, enmarcado en el fomento de negocios inclusivos para incrementar su cadena de suministro, abrió nuevas oportunidades para Wilmer Grau propietario de la Finca Pozo Negro, su padre, y su hija Roxana Grau Ordoñez al introducirlos a este mundo de cafés de alta calidad. Con el tiempo, lograron expandir su producción de ocho quintales a 200 quintales al año, e inclusive, ganaron premios en la Taza de Excelencia, un concurso nacional de calidad de café.
Variedades nuevas de café
La transición de producir café convencional a café especial incluyó el cultivo de variedades nuevas, la siembra de árboles y plantas, y el mejoramiento de prácticas culturales en el manejo del cultivo; cambios que impactaron significativamente el rendimiento y la calidad de café en la finca.
Este conocimiento técnico y las estrategias de comercialización les permitieron acceder a mercados más rentables. Gracias a la alianza de Café Ragá con USAID, a través de Agronegocios Sostenibles, la familia Grau Doblado tuvo la oportunidad de viajar a Corea del Sur para conocer a sus compradores y comprender mejor la dinámica de comercialización en países asiáticos.
La relación con Café Ragá también contribuyó al crecimiento profesional de Roxana (21 años), la hija mayor de las cuatro mujeres en la familia, quien, de producto de tantas dificultades económicas deseaba emigrar a los Estados Unidos. A fin de evitarlo, su padre le heredó una manzana de tierra para que pudiera iniciar su propio proyecto de café. Roxana empezó a soñar nuevamente, y logró establecer su finca con la venta de ocho quintales en 2021.
Desde entonces, ha aumentado su producción a 13 quintales y aspira a vender hasta 20 quintales en el futuro cercano, bajo el programa de café especiales. Roxana, con el respaldo de su familia y de Café Ragá, ha iniciado planes para establecer una cafetería en Marcala, lo cual generaría ingresos adicionales para la familia, promoviendo la innovación y sostenibilidad en el negocio del café. Para la familia, el cambio cultural, en términos de equidad e igualdad de género, además del compromiso y motivación de Roxana, han sido clave para realizar estos cambios y superar los desafíos.
Sector cafetalero innovador
Igual que Roxana, otros jóvenes se han involucrado activamente en la formación técnica y captación sobre la producción de cafés especiales, a partir de la alianza entre Café Ragá y Agronegocios Sostenibles. Esta formación les está ayudando a tener una visión más amplia sobre el mundo del café, contribuyendo a un futuro sector cafetalero inclusivo e innovador.
De esta manera, la empresa Café Ragá ha sido una pieza fundamental en la transición de café convencional a cafés especiales, brindando apoyo directo a la familia para facilitar cambios en los sistemas de producción y la mejora de calidad de café, facilitando el acceso a mercados especializados al establecer relaciones con compradores de países como Corea del Sur, entre otros.
La alianza entre Café Ragá y Agronegocios Sostenibles busca empoderar y preparar la siguiente generación de productores para crear negocios cafetaleros inclusivos e innovadores, con el fin de establecer relaciones directas con el mercado y lograr mayores precios de café.
